Aerolíneas: paritaria, garantiza paz sindical y prepara la llegada de 18 aviones nuevos

Aerolíneas Argentinas selló con los gremios un aumento del 8,5% y un compromiso de paz interna que aleja paros y medidas de fuerza hasta marzo de 2026. El entendimiento alcanzó a la Asociación de Pilotos de Líneas Aéreas (APLA) y a la Asociación Argentina de Aeronavegantes (AAA), en medio del debate por la reforma laboral que impulsa el Gobierno de Javier Milei.

La paritaria incluye una mejora del 8,5% hasta febrero de 2026, un retroactivo del 15% por el período agosto-noviembre y aumentos del 5% en las horas Flex y del 10% en los viáticos. El esquema apunta a recomponer ingresos sin romper el equilibrio financiero que la conducción de Fabián Lombardo muestra como bandera de gestión.

Un punto sensible del acuerdo pasa por el nuevo sistema de viáticos, que se incorpora al recibo como concepto no remunerativo. Ese monto queda afuera de las cargas sociales, pero sí se toma en cuenta para el cálculo del impuesto a las Ganancias, lo que genera impacto directo en el bolsillo de pilotos y tripulantes.

Las partes también acordaron que los ítems no remunerativos vuelvan a computarse para el aguinaldo de fin de año. Con esa definición, los gremios aseguran una base de cálculo más alta y la empresa evita un conflicto en plena temporada alta, cuando la operación exige regularidad y previsibilidad.

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El otro eje del pacto es laboral: Aerolíneas mantiene su Convenio Colectivo y conserva los tiempos máximos de vuelo y descanso fijados por el decreto 877/2021. De este modo, la compañía deja afuera, por ahora, los cambios del decreto 378/2025, que habilita más horas de servicio para pilotos y auxiliares de cabina y que ya cuenta con reglamentación de la ANAC.

La nueva normativa oficial eleva el tope anual de vuelo de 800 a 1.000 horas y permite jornadas de hasta 14 horas para el personal de cabina, bajo esquemas de gestión de fatiga (FRMS). APLA se plantó frente a ese modelo y advirtió que “las reglas que alargan tiempos de servicio y recortan descanso comprometen la seguridad operacional”.

El sindicato remarcó además que “la seguridad no admite atajos ni decisiones unilaterales que afecten los descansos, porque la responsabilidad sobre cada vuelo recae en pilotos y tripulaciones”. Con el acuerdo, Aerolíneas decide conservar su propio sistema de gestión de fatiga, sin cambios, al menos hasta marzo del próximo año.

Mientras ordena la relación con los gremios, la empresa refuerza su mensaje financiero: en 2025 no recibirá subsidios ni aportes del Tesoro Nacional. Entre 2008 y 2023 acumuló pérdidas promedio de u$s 400 millones anuales, pero en 2024 registró un resultado operativo positivo de u$s 56,6 millones y proyecta duplicar esa cifra este año.

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La conducción atribuye el giro a un paquete de medidas que incluye una reducción del 15% en la planta de personal, la eliminación de 85 cargos jerárquicos, el cierre de rutas deficitarias y sucursales y una mayor productividad de flota y empleados. El mensaje oficial apunta a mostrar una empresa más liviana y enfocada en segmentos rentables.

Con ese escenario, Aerolíneas anunció su “primer plan de inversión financiado con fondos propios”, por algo más de u$s 65 millones. El programa prevé la incorporación de 18 aeronaves para modernizar la flota, mejorar la experiencia de viaje y consolidar la posición en el mercado interno e internacional.

Para las rutas de largo alcance se sumarán cuatro Airbus A330neo, uno de los modelos más valorados para vuelos de alta distancia. En cabotaje y regional, la compañía incorporará 14 Boeing 737 MAX (dos MAX 8, cuatro MAX 9 y ocho MAX 10) bajo contratos de leasing operativo, un esquema que, según la empresa, permite crecer sin tensionar la caja.

El paquete de inversión y el acuerdo salarial apuntan a enviar una señal doble: estabilidad interna hacia los gremios y previsibilidad comercial hacia el mercado aéreo. La conducción de Aerolíneas sostiene que una empresa con cuentas en orden puede negociar mejor con sindicatos, competir con low cost y planificar flota sin pedir fondos al Estado.

En paralelo al debate por la reforma laboral y la flexibilización de los tiempos de vuelo, la aerolínea de bandera apuesta a un equilibrio propio: salarios acordados hasta 2026, reglas de descanso más conservadoras y un salto en capacidad de flota. El resultado se verá en la pista, en la regularidad de los servicios y en los próximos balances.