

El mercado financiero comenzó a ajustar sus previsiones para 2026 ante el cambio en el régimen cambiario que dispuso el Gobierno. A partir del próximo año, las bandas de flotación del dólar oficial dejarán de moverse con un ajuste fijo y pasarán a actualizarse según la evolución del Índice de Precios al Consumidor (IPC). Esa modificación introduce un nuevo factor de incertidumbre y vuelve a la inflación el principal determinante del recorrido del tipo de cambio.


Un informe elaborado por GMA Capital plantea distintos escenarios posibles para la cotización oficial, tomando como base datos del Banco Central de la República Argentina y del Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM). El trabajo pone el foco en la evolución de la banda superior, que funcionará como referencia para el dólar oficial en el nuevo esquema.
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Según el análisis, la nominalidad de la economía será el factor decisivo para definir hasta dónde puede desplazarse el techo cambiario. La consultora proyectó tres trayectorias posibles, vinculadas directamente a distintos ritmos de inflación durante 2026. Cada una de ellas dibuja un escenario diferente para el cierre del año.
El escenario considerado base parte de una inflación cercana al 24% anual, considerada la más probable por los analistas. En ese contexto, la banda superior del dólar oficial arrancaría enero en $1.565, superaría los $1.700 a mitad de año y cerraría diciembre en torno a los $1.915. Ese recorrido refleja un desplazamiento sostenido, pero alineado con una desaceleración gradual de los precios.
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Un segundo escenario contempla una inflación más persistente, cercana al 30%. En ese caso, el informe advierte que el techo de la banda cambiaria podría rozar los $2.000 hacia fines de 2026, como consecuencia de una desinflación más lenta. La dinámica inflacionaria empujaría así al dólar oficial a niveles más elevados dentro del esquema vigente.
La alternativa más optimista se apoya en una inflación cercana al 19%, bajo el supuesto de una baja más pronunciada de los precios. Con ese ritmo, la banda superior del dólar oficial finalizaría el año alrededor de los $1.843, marcando una diferencia relevante frente a los otros escenarios. El informe aclara que este camino requiere una convergencia más rápida de las variables macroeconómicas.
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El estudio también compara el nuevo esquema con el régimen anterior, que preveía ajustes mensuales del 1%. De mantenerse ese sistema, la banda superior del dólar habría alcanzado unos $1.720 a fines de 2026, una cifra sensiblemente menor. En el escenario base actual, la diferencia entre ambos esquemas rondaría los $195.
Esa brecha expone el impacto del cambio metodológico en la política cambiaria. Atar la evolución de la banda al IPC implica que cualquier desviación inflacionaria se traslada de forma directa al dólar oficial, sin amortiguadores predeterminados. El informe subraya que el nuevo régimen refuerza la dependencia entre precios y tipo de cambio.
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Desde GMA Capital sostienen que sin una desinflación más acelerada, las bandas continuarán desplazándose hacia arriba, fijando techos cada vez más altos para la cotización oficial. El comportamiento del IPC, más que cualquier otra variable, marcará el ritmo del mercado cambiario durante 2026 y condicionará las expectativas financieras.




















