
El Banco Central fijó el tope de interés para tarjetas no bancarias desde enero de 2026
Actualidad23/12/2025
REDACCIÓN
El Banco Central de la República Argentina (BCRA) definió el nuevo valor de la tasa de interés que podrán aplicar las empresas no financieras emisoras de tarjetas de crédito y de compra, una decisión que impacta de manera directa en el costo del financiamiento al consumo fuera del sistema bancario tradicional.


La medida quedó establecida a través de la Comunicación “B” 13096/2025, publicada en el Boletín Oficial, donde se fijó en 72,56% la tasa de interés por préstamos personales en moneda nacional, sin garantía real, que funciona como tope para las operaciones de crédito realizadas por estas entidades.
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Ese valor toma como base la tasa de interés promedio del sistema financiero correspondiente a diciembre de 2025 y entrará en vigencia en el ciclo de facturación de enero de 2026. De esta forma, la referencia oficial se traslada al universo de tarjetas emitidas por compañías no bancarias, como cadenas comerciales o emisoras de tarjetas de compra.
El esquema surge de la aplicación del punto 2.1.2 de la normativa sobre tasas de interés en las operaciones de crédito, que establece que las entidades no financieras deben alinearse con los parámetros vigentes para los préstamos personales sin garantía del sistema financiero formal.
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Desde la autoridad monetaria señalaron que el objetivo del mecanismo es mantener bajo control el costo del financiamiento al consumo, evitando que los usuarios queden expuestos a tasas excesivamente elevadas en los saldos financiados de sus tarjetas cuando el crédito no proviene de un banco.
Con este criterio, el tope comunicado por el BCRA busca asegurar que las condiciones de financiamiento ofrecidas por emisoras no bancarias permanezcan en línea con el mercado financiero, reduciendo distorsiones entre distintos canales de crédito al consumo y aportando previsibilidad a los usuarios.
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La actualización de la tasa se inscribe en un contexto de seguimiento permanente del mercado crediticio, donde el Banco Central utiliza referencias promedio para ordenar el funcionamiento de segmentos que, aunque no bancarios, tienen una fuerte incidencia en el gasto cotidiano de los hogares.
Fuente: NA.



















