
La histórica Cooperativa Andresito entró en cesación de pagos y peligra su futuro
Actualidad28/12/2025
Sergio Bustos
La crisis que castiga al sector productivo en la provincia de Misiones registró esta semana un episodio de extrema gravedad que repercute en toda la región. La Cooperativa Yerbatera Andresito, una de las instituciones más emblemáticas y sólidas de la actividad, notificó de manera formal a sus asociados que atraviesa una posición financiera compleja que le impide realizar pagos hasta nuevo aviso. La noticia, que lleva la firma del presidente del Consejo de Administración, Juan Carlos Amann, confirma que el deterioro económico ya no se limita únicamente a las chacras, sino que alcanzó a las estructuras de contención social y productiva más importantes del sector.


El origen de este colapso financiero se remonta a diciembre de 2023, momento en que el gobierno de Javier Milei implementó el DNU 70/23. Esta medida despojó al Instituto Nacional de la Yerba Mate (INYM) de sus facultades históricas para fijar precios mínimos de la hoja verde y la yerba canchada, dejando la comercialización librada a la negociación directa entre las partes. Sin un organismo que actúe como mediador para amortiguar las asimetrías de la cadena, el mercado quedó bajo el control de los sectores más concentrados, eliminando cualquier tipo de referencia para el valor de la producción primaria.
La falta de regulación provocó un desplome inmediato en el precio que reciben los colonos, quienes denuncian que el kilo de hoja verde se paga actualmente entre 180 y 220 pesos. Estos valores se sitúan muy por debajo de los 350 pesos que los estudios técnicos señalan como el mínimo necesario para cubrir los costos básicos de la actividad en las chacras. Esta brecha económica forzó a muchos productores a tomar la decisión de no levantar la cosecha, dejando la yerba en planta porque el proceso de recolección y transporte hoy genera pérdidas económicas directas.
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A la caída estrepitosa de los precios se sumó un cambio perjudicial en las condiciones de pago impuestas por la industria, que comenzó a emitir cheques con plazos de hasta 180 días. Esta metodología trasladó todo el peso del desfinanciamiento hacia el eslabón más débil, obligando a los pequeños y medianos productores a vender sus materias primas por debajo del costo y cobrar meses más tarde en un contexto de alta inflación. La Cooperativa Andresito, que históricamente protegió a sus 130 familias asociadas de estos vaivenes, finalmente se vio superada por la imposibilidad de sostener su flujo de caja bajo estas reglas de juego.
El escenario se agravó además por la decisión política del Ejecutivo nacional de no designar un presidente para el INYM, lo que dejó al instituto virtualmente paralizado y sin capacidad de reacción ante la crisis. Los productores misioneros realizaron durante 2024 y 2025 numerosos "yerbatazos" y movilizaciones en centros urbanos, advirtiendo que la desregulación absoluta estaba derivando en una situación social similar a la de los años 90. En aquel entonces, la falta de intervención estatal derivó en una concentración masiva de la tierra y el abandono masivo de las explotaciones familiares.
Otro factor que presiona sobre la economía regional es el incremento sostenido de las importaciones de yerba mate provenientes de Paraguay y Brasil. El ingreso de materia prima extranjera amplía la oferta en un mercado interno donde el consumo se encuentra deprimido por la caída del poder adquisitivo, lo que empuja los precios locales aún más a la baja. En este contexto, una decena de grandes empresas procesadoras consolidó su poder para imponer condiciones de compra que las cooperativas del interior provincial no pueden igualar ni resistir económicamente.
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La situación de la entidad en el municipio de Comandante Andresito es representativa de un modelo productivo que hoy se encuentra en riesgo de desaparición. La cooperativa no solo era un centro de acopio y molino, sino un pilar fundamental para el desarrollo de la infraestructura local y la inversión tecnológica en los procesos industriales. Su caída en cesación de pagos funciona como una alerta para el resto de las organizaciones de la provincia que, hasta el momento, intentaban subsistir mediante el uso de sus propias reservas y fondos de emergencia.
La incertidumbre sobre el futuro de la entidad generó un fuerte impacto social en una de las zonas con mayor producción yerbatera del país, donde la vida económica depende casi exclusivamente de esta actividad. Los socios de la cooperativa aguardan ahora gestiones ante el gobierno provincial o nacional que permitan reactivar el circuito de pagos, aunque el panorama es desalentador sin un cambio en la política sectorial. La desaparición de los precios sostén y las herramientas de fiscalización dejó al productor misionero sin defensas ante un mercado que privilegia la rentabilidad de los grandes molinos por sobre el trabajo de la familia agraria.
La comunicación oficial de la firma Andresito es la evidencia más nítida de que el sistema cooperativo, símbolo del agregado de valor en origen, está sufriendo un proceso de asfixia financiera. Mientras el Estado nacional mantenga su postura de no intervenir en la fijación de valores, el sector primario seguirá sufriendo las consecuencias de una competencia desigual. La pérdida de estas organizaciones sociales no solo implica un perjuicio económico inmediato, sino que amenaza con desarticular una red de contención que llevó décadas construir y que hoy se encuentra al borde de la quiebra definitiva.






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