BUCEO Y BALLENAS Y EL RIESGO DE ACCIDENTES

De nuevo se reflota un viejo debate en Puerto Madryn, aún irresuelto después de hace dos décadas de abierto, y de más de 40 años del uso letal de la ballena franca, a partir de los avistajes embarcados.

En los últimos días las operadoras de buceo de Puerto Madryn elevaron al Ministerio de Turismo de la provincia, el pedido para que se habilite el buceo con ballenas, siguiendo estrictas medidas de seguridad, tanto para quienes quieran sumergirse, como para los propios animales.

Desde el Laboratorio de Mamíferos Marinos del CENPAT- CONICET, el Dr. Enrique Crespo, recordó los estudios realizados hace varios años atrás respecto a los efectos de la interacción con los animales.

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En conversación con LA17, el investigador superior, contó que, a pedido del gobierno provincial, hicieron un estudio entre 2005-2006, aunque la población de ballenas era mucho menor, ya que se contabilizaban alrededor de 500 animales y 150 nacimientos por temporada, y en la actualidad llegan poco más de 2000 y entre 1000 y 1200.

Ese estudio se hizo con 184 grupos distintos de ballenas, analizaron el comportamiento antes, durante y después de la inmersión.

Según Crespo "hubo 31 grupos que evitaron el acercamiento, 60 que cuando se tiraron los nadadores al agua evitaron el contacto, y unos 93 grupos que sí permitieron la interacción. Y en eso lo que se notó fue una disminución en el descanso, en la socialización y un aumento en la natación. Es decir, las ballenas que estaban descansando, por ejemplo un grupo madre-cría o un grupo de juveniles, el comportamiento de descanso disminuyó del 27 al 14%, esto significaba de 17 minutos a 5 minutos. La socialización disminuyó del 22 al 13%, esto fueron 14 a 5 minutos, y la natación aumentó del 51 al 73%, así que la mayoría de los animales tendían a irse a nadar."

El investigador del CENPAT reconoció que si bien no se lo puede considerar un impacto negativo, "Todo depende de la escala después en la que uno realice el tema este de la natación. Porque si eso se hace en una zona restringida, con pocos animales y pocas intervenciones, no pasa nada. Pensar que alrededor de Península Valdez, que tenés 620 kilómetros de costa, tenés ballenas por todos lados, con mayores concentraciones en El Doradillo, Pirámides y Punta Cono, en el Golfo de San José. O sea que todo es cuestión de la magnitud del impacto."

Crespo pone el foco en el potencial riesgo respecto al tamaño y los movimientos de la ballena y lo que pueda suceder con los nadadores: "No es lo mismo un tipo experimentado que ha buceado toda su vida y ha tenido contacto con orcas, con ballenas, con elefantes, con lobos y con lo que se te ocurra, que para la persona que viene por primera vez a bucear y se tira al agua a nadar entre ballenas. Entonces, lo que vos no podés prever nunca es cuál va a ser el comportamiento de la ballena. Entonces yo creo que esto es lo más importante, porque mucha gente lo mira desde el punto de vista de la ballena, de qué les va a pasar a las ballenas, y yo creo que a la ballena no le va a pasar nada, más allá de esto que estoy comentando, que tampoco es algo terrible. Pero no se mira al lado del riesgo."

Para finalizar el Dr. Crespo consideró que si alguna vez se habilita la actividad, "(...) a la persona que va a bucear hay que decirle, mira, existe un riesgo de que te caiga una ballena encima. Porque lo que se va a comer los juicios después es la provincia. Y después qué compañía de seguros te va a asegurar, porque vos no podés tirarte sin seguro, así como hay un seguro cuando vos salís a hacer el avistaje arriba de la lancha, qué empresa te va a asegurar ese riesgo que no está medido, que seguramente es de baja probabilidad. Lo que quiero decir, es poco probable que ocurra, pero si ocurre puede ser fatal." 

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