El Papa Francisco expresó su pesar y preocupación por su estado de salud durante un encuentro con rabinos europeos el lunes. Ante un grupo de líderes religiosos, Francisco admitió: "No estoy bien de salud", prefiriendo entregar el discurso que tenía preparado en lugar de leerlo. A pesar de este inconveniente, el Papa continuó con sus compromisos del día, incluyendo un encuentro de 40 minutos con Pere Aragonés, líder catalán.

El día del pontífice, de 86 años, también incluyó una cita con cerca de 7.000 niños provenientes de 84 países, en el marco de una iniciativa por la paz promovida por el Vaticano. A pesar de este breve episodio, no ha habido un pronunciamiento oficial del Vaticano sobre la salud del Papa Francisco.

En otro aspecto, el Papa aprovechó su discurso durante el rezo del ángelus en la plaza de San Pedro el domingo para reiterar su preocupación por la guerra en Israel y Palestina. Francisco instó a que se busquen todos los caminos posibles para evitar una ampliación del conflicto y solicitó un alto el fuego para permitir la asistencia a los heridos y la ayuda humanitaria a la población de Gaza, donde la situación es desesperada. Asimismo, pidió la liberación de los rehenes, especialmente los niños, para que puedan reunirse con sus familias. Estas palabras reflejan su constante preocupación por la paz y la justicia en el mundo.