

LA GRIPE AVIAR AVANZA SIN CONTROL EN LA ANTÁRTIDA
Científicos confirmaron la presencia del virus en todas las especies analizadas. El patógeno fue hallado incluso en muestras de aire del continente blanco.
Actualidad17/02/2025

Una expedición española detectó la propagación masiva de la gripe aviar en la Antártida. El virus fue encontrado en todas las especies animales examinadas en seis islas al norte de la península antártica. La investigación fue liderada por el virólogo Antonio Alcamí y enviada a las autoridades internacionales.
El hallazgo genera preocupación en la comunidad científica. Los expertos temen que la enfermedad continúe expandiéndose y afecte a más especies. En la isla Joinville, el virus ha golpeado con especial virulencia a las focas cangrejeras, mientras que los pingüinos parecen ser más resistentes.
Los investigadores detectaron el patógeno en 28 cadáveres de distintas especies. Entre los afectados se encuentran palomas antárticas, gaviotas cocineras, focas cangrejeras, pingüinos papúa y pingüinos de Adelia. La carga viral en los cuerpos hallados es alta, lo que sugiere un riesgo elevado de exposición.
El equipo también registró la presencia del virus en 14 animales vivos. Aunque algunos pingüinos no muestran síntomas, se confirmó la circulación del patógeno en sus colonias. La detección del virus en muestras de aire tomadas en las pingüineras refuerza la alerta.
El informe advierte sobre los riesgos para la seguridad humana. Las colonias de pingüinos sanos podrían representar una amenaza para científicos y turistas. La posibilidad de un salto del virus a los seres humanos sigue siendo una preocupación global.
Hasta el momento, la gripe aviar no se transmite con facilidad entre humanos. Desde 2020, se han registrado 23 casos en personas y ocho muertes. La Organización Mundial de la Salud sigue de cerca la evolución del brote en la Antártida.
La expedición CSIC-UNESPA Antarctic continuará investigando. Los científicos seguirán mapeando la dispersión del virus en el mar de Weddell. Su objetivo es comprender el impacto en la fauna local y la posibilidad de nuevos contagios.
El origen de esta epidemia está en la variante H5N1 2.3.4.4b. Este subtipo ha causado la muerte de millones de aves y ha logrado saltar a diversas especies de mamíferos. Casos en focas y leones marinos en Sudamérica han generado alerta en la comunidad científica.
La propagación del virus en la Antártida confirma su peligrosidad. Los investigadores instan a reforzar las medidas de bioseguridad para evitar la expansión de la enfermedad. La evolución del brote será clave para prevenir futuros contagios en otras regiones del planeta.




