

MIGRANTES DEPORTADOS POR EEUU SON TRASLADADOS A UN CAMPAMENTO EN LA SELVA
Un grupo de casi 100 migrantes, incluidos niños, fue enviado por las autoridades panameñas a un campamento en el Darién. Denuncian condiciones precarias y temor por su futuro.
Actualidad19/02/2025

Casi un centenar de migrantes, recientemente deportados desde Estados Unidos a Panamá, fueron sacados de un hotel en la capital panameña y trasladados en autobuses a un campamento en la selva. Las autoridades locales no brindaron información clara sobre su permanencia en el lugar ni sobre su posible deportación a terceros países.
El traslado ocurrió el martes por la noche, en medio de una creciente tensión sobre el destino de los migrantes. "Nos sacaron del hotel y nos subieron a los colectivos sin explicaciones", denunció Artemis Ghasemzadeh, una migrante iraní de 27 años. En el grupo había al menos ocho niños, según testigos.
Las condiciones del campamento generaron preocupación entre las organizaciones de derechos humanos. Las enfermedades como el dengue son comunes en la zona, y no se permite el acceso de la prensa ni de grupos de asistencia. Varios migrantes reportaron recibir alimentos en mal estado y no contar con instalaciones sanitarias adecuadas.
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El gobierno panameño negó que los migrantes estén detenidos, asegurando que solo están "bajo su protección". Sin embargo, la falta de acceso a asistencia legal y la imposibilidad de salir del campamento fueron denunciadas como una violación a los derechos humanos. La situación se agrava por la incertidumbre sobre su futuro.
El campamento de San Vicente, donde fueron alojados, es una instalación utilizada en el pasado como punto de tránsito para migrantes que cruzaban el peligroso Tapón del Darién. Ahora, el gobierno panameño lo está usando como centro de detención temporal para aquellos deportados por Estados Unidos.
El ministro de Seguridad de Panamá, Frank Ábrego, declaró que al menos 170 migrantes aceptaron ser repatriados con apoyo de la ONU. "No están detenidos, solo bajo nuestra protección", aseguró Ábrego, sin precisar qué ocurrirá con el resto del grupo. La falta de respuestas concretas generó alarma entre los migrantes y sus familias.
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Desde la llegada de los deportados a Panamá, la prensa tuvo dificultades para obtener información sobre su situación. El martes, periodistas locales intentaron acceder al hotel donde se alojaban, pero fueron impedidos por la seguridad del lugar. Horas después, los migrantes fueron trasladados a la selva.
Los abogados que intentaron representar a los migrantes denunciaron que no se les permitió reunirse con sus clientes. "Es ilegal retener a una persona sin orden judicial por más de 24 horas", sostuvo la abogada Jenny Soto Fernández. La falta de garantías legales es duramente criticada por activistas de derechos humanos.
El traslado forma parte de un acuerdo entre Estados Unidos y Panamá, dentro de una estrategia más amplia para reducir la llegada de migrantes a suelo estadounidense. Bajo este esquema, Panamá y Costa Rica aceptaron acoger temporalmente a personas provenientes de Asia, Medio Oriente y África.
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La deportación de migrantes de países con los que Estados Unidos no tiene acuerdos de repatriación fue una práctica recurrente en los últimos años. Panamá se convirtió en un punto clave de esta política, recibiendo a personas que no pueden ser enviadas directamente a sus países de origen.
El impacto de estas medidas en la seguridad de los migrantes sigue siendo motivo de preocupación. La selva del Darién es una de las regiones más peligrosas de América Latina, con altos índices de violencia y enfermedades. La falta de infraestructura y la escasa presencia estatal agravan la situación.
Uno de los migrantes trasladados logró enviar un mensaje desde el campamento antes de que le confiscaran el teléfono. "Por favor, intenten ayudarnos", escribió en su última comunicación. Minutos después, otros detenidos informaron que las autoridades les retiraban los dispositivos de comunicación.
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El miércoles, diversas organizaciones humanitarias solicitaron acceso al campamento para verificar las condiciones de los migrantes. Hasta el momento, no hubo respuesta por parte del gobierno panameño. Las denuncias sobre el trato recibido por los deportados siguen acumulándose.
El gobierno de Costa Rica, por su parte, confirmó que también recibió migrantes deportados por Estados Unidos y que planea repatriarlos en los próximos días. No se informó si estas personas cuentan con acceso a asistencia legal ni qué países aceptarán recibirlas.
Fuente: The New York Times.







