



Fernando Álvarez Castellano habló sin filtros. En diálogo con el programa El Quinto Poder por #LA17, el presidente de Conarpesa repasó sus inicios en Argentina, defendió su estilo de gestión, respondió a las críticas sindicales y confirmó que se encuentra en conversaciones con un grupo inversor para vender la totalidad de la empresa.
“A mí nadie me tiene que decir nada”, aseguró en el inicio de la entrevista, con el mismo tono desafiante que marcó su relato. Contó que llegó al país hace 30 años “para recuperar lo que le habían robado” a su padre, y que durante los primeros siete años no cobró sueldo, vivió con lo justo y mantuvo en pie la empresa desde sus cimientos.
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Recordó cómo levantó flotas y plantas procesadoras, acordando precios con armadores cuando no tenía estructura propia. “Pagaba cinco pesos el kilo, y los pagué”, señaló. Entre denuncias, desafíos logísticos y falta de respaldo, afirmó que todo lo hizo “con mi gente y con huevos”.
También habló de su vida personal, su pasión por el automovilismo —fue doble campeón del mundo en rally— y respondió a las críticas por correr autos mientras dirige una empresa. “Estoy todo el día conectado, incluso cuando estoy hospitalizado”, dijo. Y fue tajante: “No me voy a cagar la vida por lo que digan”.
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Uno de los ejes más fuertes de la entrevista fue su visión sobre el conflicto con el SOMU (Sindicato de Obreros Marítimos Unidos). Aseguró que no inició los enfrentamientos, pero que no se quedó callado. Cuestionó el uso de los fondos del gremio, que según él recaudó “12 mil millones en 2023” sin claridad sobre su destino.
También disparó contra la gestión de Carlos Liberman, a quien acusó de ejercer presiones institucionales, quitarle operatorias y generar represalias. Negó haber impulsado condiciones de explotación laboral y mostró recibos de sueldos “millonarios” como evidencia de que cumple en tiempo y forma.
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Álvarez Castellano adelantó que proyecta vender Conarpesa por completo, en una operación que, dijo, busca asegurar el futuro de su familia y de quienes trabajan con él. “No la voy a dejar tirada a la buena de Dios”, afirmó.
Finalmente, se refirió al conflicto donde el sindicato impidió la salida de barcos. Aseguró que intentaron respetar los acuerdos de trabajo y que, con el nuevo barco en construcción, ofrecerá mejores condiciones, libertad y seguridad para las tripulaciones.



