Prevención de accidentes por monóxido de carbono: cómo proteger tu hogar en invierno

Actualidad13/05/2025REDACCIÓNREDACCIÓN
Monóxido de carbono
Monóxido de carbono

El monóxido de carbono es un enemigo silencioso y letal que se libera cuando hay una combustión incompleta. No tiene olor, color ni sabor, por lo que resulta prácticamente imposible detectarlo sin dispositivos especiales. La Asociación de Distribuidores de Gas (ADIGAS) difundió una guía práctica con medidas simples para evitar intoxicaciones en el hogar.

Con la llegada del frío, aumentan los riesgos por el uso de calefacción a gas en ambientes cerrados. Los artefactos mal instalados o sin mantenimiento adecuado pueden liberar monóxido de carbono. Es indispensable ventilar bien los espacios y verificar el estado de los equipos.

La llama del quemador debe ser siempre azul, uniforme y estable. Si es amarilla o anaranjada, hay riesgo de formación de monóxido de carbono, y se debe apagar el artefacto. En ese caso, se recomienda la intervención inmediata de un gasista matriculado.


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Nunca se deben usar hornallas ni hornos para calefaccionar ambientes. Tampoco es seguro secar ropa sobre estufas o calefones en funcionamiento. Estas prácticas aumentan la posibilidad de acumulación de gases peligrosos.

Todos los artefactos de gas deben contar con la aprobación del ENARGAS. Su instalación y mantenimiento deben ser realizados por profesionales certificados. Es recomendable revisar tirajes, ventilaciones y conductos al menos una vez al año.

Las rejillas de ventilación nunca deben taparse, sellarse o cubrirse con muebles o cortinas. Es importante permitir el ingreso de oxígeno y la evacuación de gases de combustión. Ambientes cerrados y mal ventilados aumentan exponencialmente el riesgo.


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El monóxido de carbono puede provocar síntomas como dolor de cabeza, vómitos, debilidad y somnolencia. En casos más severos, puede derivar en desmayos, convulsiones o incluso la muerte. Ante síntomas compatibles, se debe actuar con rapidez.

La primera acción ante una posible intoxicación es abrir puertas y ventanas para ventilar el ambiente. Luego, se debe retirar a la persona afectada a un espacio abierto o bien aireado. La asistencia médica debe ser solicitada de inmediato.

Si la víctima no respira, se debe aplicar respiración artificial mientras se aguarda la llegada del servicio de emergencias. También es necesario aflojar la ropa que oprima el cuerpo y mantenerla abrigada. Nunca hay que dejar sola a una persona afectada.


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El monóxido de carbono se genera cuando materiales como gas, madera, kerosén o carbón se queman con poco oxígeno. El mal estado de las instalaciones o el uso indebido de artefactos puede provocar esa combustión incompleta. La prevención es el único camino seguro.

El control de los artefactos debe ser regular, especialmente antes del invierno. Las conexiones improvisadas o las reparaciones caseras están totalmente desaconsejadas. El gasista matriculado es la única persona habilitada para verificar el sistema.

Desde Adigas insisten en que la detección del monóxido sin tecnología es casi imposible. Por eso, se recomienda instalar detectores en el hogar como una medida adicional. “No se ve, no se huele, no se oye. La prevención salva vidas”, recordaron.

Fuente: Ámbito.

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