

La pesca vuelve a quedar afuera del alivio fiscal que anunció Caputo
Actualidad22/05/2025

El ministro de Economía, Luis Caputo, anunció la extensión del alivio fiscal para la cosecha fina. La medida beneficia exclusivamente al trigo y a la cebada, que verán reducidas sus retenciones del 12% al 9,5%.


El anuncio fue publicado por Caputo en redes sociales. Allí expresó que la prórroga se extenderá hasta el 31 de marzo de 2026, con el objetivo de acompañar el ciclo productivo de ambos cultivos.
La pesca no fue incluida en la rebaja. El Gobierno dejó fuera a un sector clave para el sur argentino, que genera divisas, empleo y desarrollo regional.
La exclusión reaviva el malestar en la industria pesquera. Las cámaras del sector y sindicatos reclaman una revisión urgente de las retenciones, que restan competitividad en el mercado internacional.
El alivio alcanza a dos cultivos con peso en el norte. Sin embargo, la Patagonia y las provincias litoraleñas no reciben medidas similares, pese a que la pesca representa miles de empleos directos e indirectos.
La rebaja para cereales se había lanzado en enero. Regía hasta el 30 de junio, pero ahora se prorrogó más de un año y medio, fortaleciendo el incentivo a ese segmento del agro.
El sector pesquero quedó sin respuestas. No obtuvo reducción, ni prórroga, ni promesa de revisión, mientras enfrenta una caída de precios y un alza de costos internos.
Los DEX siguen sin modificaciones para la pesca. Las retenciones impactan de forma directa en la rentabilidad y en la capacidad de sostener plantillas laborales.
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Las cámaras empresarias sostienen que el régimen actual desalienta las inversiones. También remarcan que otros países competidores no aplican este tipo de cargas.
Los gremios señalan un deterioro progresivo. Advierten que la exclusión fiscal profundiza el riesgo de pérdida de empleos en marineros, estibadores, plantas de procesamiento y logística.
El Gobierno no explicó por qué dejó afuera a la pesca. Solo se refirió a la cosecha fina, y omitió toda mención al resto de las economías regionales.
La soja tampoco fue beneficiada en esta oportunidad. El tributo volverá al 33% a partir del 30 de junio, tras un período con rebaja temporal.
El maíz, el sorgo y el girasol no recibieron beneficios. Aunque tienen peso en exportaciones, la prioridad del Gobierno estuvo centrada solo en trigo y cebada.
La pesca ya había sido marginada en anuncios previos. Nunca recibió alivios similares, ni durante gestiones anteriores ni con la actual administración.
El Gobierno insiste en sostener el flujo exportador de los cereales. Trigo y cebada generan cerca del 5% del total exportado, lo que equivale a 4.000 millones de dólares.
El impacto económico de la pesca es similar. Aporta miles de millones en divisas, además de un entramado logístico y laboral en ciudades costeras del país.
Puerto Madryn, Mar del Plata y Rawson sienten el golpe. Las plantas procesadoras ya atraviesan escenarios de baja rentabilidad, agravados por la presión tributaria.
Los armadores buscan sostener operaciones en alta mar. Sin embargo, los aumentos en combustibles, insumos y logística suman incertidumbre al negocio pesquero.
La política fiscal actual favorece solo a ciertos sectores. No contempla la heterogeneidad de las actividades productivas, ni sus realidades específicas por región.
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Chubut y Santa Cruz piden una mirada federal. La falta de incentivos debilita a las economías regionales del sur, y acentúa desequilibrios estructurales.
El sector pesquero espera señales concretas. Reclama un alivio que permita sostener la actividad, ante un escenario externo desfavorable.
Las exportaciones pesqueras enfrentan caídas en Asia y Europa. Los principales mercados bajaron precios y acortaron contratos, afectando los ingresos por ventas.
El Estado nacional aún no convocó a una mesa específica. No hay diálogo formal abierto entre el Ministerio de Economía y las entidades del sector pesquero.
El reclamo por una reforma integral sigue pendiente. Las cámaras proponen un esquema de retenciones segmentado por volumen, especie y destino.
Las comparaciones con otros países marcan diferencias. En la mayoría de los mercados competidores, la pesca no tributa retenciones, y recibe incentivos por sostenibilidad.
El debate político aún no se instala en el Congreso. No existen proyectos activos para revisar el tratamiento fiscal de la industria pesquera.
El Gobierno apuesta a una baja general en 2026. Pero el sector considera que no puede esperar tanto, porque la presión fiscal ya afecta la continuidad de empresas.
El alivio fiscal vuelve a pasar de largo. La pesca quedó otra vez afuera de los beneficios. El malestar crece, pero las decisiones siguen sin contemplar al mar.











