Ponen la lupa sobre 10.000 CUITs que concentran el 70% de la recaudación

Actualidad25/05/2025REDACCIÓNREDACCIÓN
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Desde este martes, la Agencia de Recaudación y Control Aduanero (ARCA) comenzará a aplicar un nuevo esquema de fiscalización sobre los grandes contribuyentes del país. La medida busca concentrar recursos y seguimiento en apenas 10.000 CUITs que representan el 70% de la recaudación impositiva total. El cambio se formalizó mediante la Resolución General 5670 y se implementará en forma escalonada.

El régimen anterior utilizaba criterios generales y menos estructurados para determinar qué contribuyentes debían recibir control intensivo. La nueva normativa incorpora parámetros cuantificables como el volumen de ventas, movimientos de fondos y tenencia de bienes. ARCA argumenta que esto permitirá una fiscalización más eficiente y transparente.

Las empresas que integran el Régimen de Incentivo para Grandes Inversiones (RIGI) pasarán a ser fiscalizadas de manera automática por la Subdirección General de Grandes Contribuyentes. También se incluirán a quienes presentan Informes País por País o realizan operaciones de precios de transferencia. El objetivo es anticiparse a potenciales maniobras de evasión o elusión tributaria.


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El segmento de grandes contribuyentes concentra a unas mil CUITs que explican el 50% de los recursos tributarios nacionales. El ministro de Economía, Luis Caputo, lo remarca como parte de su estrategia de control focalizado. ARCA, en línea con esa visión, dejó de poner atención en los consumos menores o masivos.

Los nuevos incorporados al padrón recibirán notificaciones a través del Domicilio Fiscal Electrónico (DFE). En esas comunicaciones se informará la asignación de un oficial tributario exclusivo que gestionará consultas y trámites. El objetivo es generar canales de contacto personalizados y directos.

Según el tributarista Sebastián Domínguez, la reforma representa un viraje hacia un modelo de fiscalización más técnico y basado en riesgo. “Se busca racionalidad y trazabilidad en la selección de los contribuyentes que serán monitoreados”, afirmó. Esto permitirá planificar acciones de control con mayor eficacia.


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La revisión del padrón será obligatoria cada dos años, pero podrá modificarse de forma extraordinaria si surgen nuevos perfiles de riesgo. El límite de esas incorporaciones excepcionales será del 10% del total de contribuyentes bajo vigilancia. ARCA asegura que esto mejora la previsibilidad para las empresas.

El nuevo modelo incluye un enfoque más intensivo sobre sectores de alta complejidad tributaria y operativa. Esto abarca, entre otros, a vehículos de proyecto único (VPU) y sociedades vinculadas. El control ya no será meramente documental, sino integral y sostenido.

ARCA busca consolidar una estructura institucional orientada a la recaudación basada en información y análisis sistémico. El cambio se implementa en un contexto donde se intenta aumentar los ingresos sin elevar la carga formal sobre los contribuyentes. El foco está puesto en el cumplimiento efectivo, no en la presión nominal.


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El impacto en el sector privado será considerable, en especial en grupos económicos con actividad local e internacional. Las empresas deberán robustecer sus áreas fiscales y contables para responder a requerimientos más frecuentes. También se anticipan revisiones más estrictas en materia de precios de transferencia.

Desde el organismo insisten en que se trata de un cambio estructural en la política de fiscalización. La digitalización de procesos y la incorporación de inteligencia artificial en los sistemas de análisis fortalecerán esta estrategia. El eje estará puesto en el riesgo y la capacidad contributiva real.

No se trata solo de controlar a las grandes firmas, sino de generar una cultura de cumplimiento en los segmentos que más tributan. La segmentación por indicadores objetivos permitirá evitar arbitrariedades. El control se vuelve técnico y personalizado.


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Con este paso, ARCA se alinea con estándares internacionales de administración tributaria moderna. La experiencia de países como Chile o Canadá sirvió como referencia para diseñar la nueva estructura. La fiscalización ya no será masiva, sino quirúrgica.

El nuevo régimen tendrá como contracara una menor presión sobre pequeños contribuyentes y sectores de menor riesgo. Así lo afirmó Juan Pazos, titular del organismo, al explicar que “la fiscalización masiva no es eficiente ni justa”. El foco está puesto en la recaudación sostenible.

Con el nuevo padrón, ARCA espera optimizar recursos y mejorar el rendimiento recaudatorio sin modificar alícuotas. La estrategia apuesta a la eficiencia y a la mejora institucional. La presión fiscal se reordena, pero no desaparece.

Fuente: Ámbito.

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