


Sierra Grande vive un renacer económico sin precedentes. El proyecto Vaca Muerta Sur reactivó la ciudad. El oleoducto liderado por YPF moviliza empleo, inversión y expectativas de crecimiento productivo en toda la región.


El 83% de los trabajadores son rionegrinos. Así lo confirmó el gobernador Alberto Weretilneck. Las obras del oleoducto priorizan la contratación de personal local, tanto para tareas directas como servicios asociados.
La ciudad vuelve a tener protagonismo industrial. Luego del cierre de Hipasam y proyectos frustrados, este impulso genera nuevas oportunidades. Empresas nacionales y regionales ya se instalaron en la zona.
La obra incluye trabajos de gran envergadura. Movimiento de suelos, montaje de estructuras, fundaciones de tanques. El oleoducto requiere cientos de operarios y técnicos especializados durante sus distintas fases.
La empresa Milicic lidera los trabajos tempranos. Contrató a 100 trabajadores de la UOCRA. Proyecta llegar a 250 obreros en julio, cuando se inicie el pico de actividad en la obra.
Varias empresas operan en simultáneo. Dadam, BetonSur, Agrovial y Constructora CF forman parte del proyecto. La demanda de servicios logísticos, técnicos y de obra crece semana tras semana.
La industria alimentaria también se movilizó. La Empresa Rionegrina de Alimentos abastece a los trabajadores en Punta Colorada. Ofrece viandas y servicios esenciales para el campamento obrero.
La Secretaría de Trabajo gestiona el empleo local. Junto a la UOCRA y la Oficina de Empleo de Sierra Grande, organizan el registro y la distribución de la mano de obra disponible en la región.
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El Servicio de Empleo Rionegrino funciona como nexo. El SER se encarga de calificar y derivar postulantes. Se prioriza la inclusión laboral de residentes de Sierra Grande y localidades cercanas.
Se lanzaron programas de capacitación laboral. La Fundación UOCRA y el IERIC firmaron convenios con la provincia. Se busca validar oficios en albañilería, carpintería y tareas de construcción.
Los trabajadores podrán certificar habilidades previas. Muchos ya tienen experiencia, pero no poseen aval formal. Con este proceso, sumarán herramientas para acceder a empleos mejor remunerados.
Las evaluaciones comienzan a mediados de agosto. Tendrán una duración de cuatro semanas. Se realizarán en Sierra Grande, con inscripción gratuita y acompañamiento institucional.
También se convocó a soldadores calificados. El proyecto busca técnicos específicos que residan en Río Negro. Las empresas requieren perfiles con experiencia y disponibilidad inmediata para tareas industriales.
El auge económico no está libre de desafíos. El aumento de la demanda generó un alza abrupta en los alquileres. El costo de vida en la ciudad ya se siente más alto.
Vecinos y autoridades alertaron por los precios. La intendente Roxana Fernández pidió medidas. “Necesitamos una planificación progresiva”, afirmó. Los servicios básicos también requieren mejoras urgentes.
El crecimiento debe sostenerse en el tiempo. La comunidad quiere evitar errores del pasado. Reclama infraestructura, urbanismo y acceso a servicios esenciales en toda la ciudad.
Se proyecta un parque industrial para el futuro. También un hospital nuevo y más escuelas. La llegada masiva de trabajadores obliga a repensar el sistema de salud y educación local.
La ciudad enfrenta una presión habitacional inédita. Las viviendas disponibles no alcanzan. Algunos trabajadores deben compartir alquileres o trasladarse desde localidades vecinas todos los días.
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La intendencia trabaja con Nación y Provincia. Buscan soluciones habitacionales rápidas. Analizan construir módulos temporales y ampliar la oferta de terrenos para viviendas permanentes.
El impacto se nota también en el comercio. Los negocios aumentaron sus ventas. Los proveedores locales volvieron a recibir pedidos importantes. El movimiento es constante y creciente.
Los vecinos reclaman equilibrio y equidad. No quieren quedar afuera del proceso. Piden trabajo digno, acceso a servicios y condiciones de vida estables durante esta nueva etapa.
La historia de Sierra Grande marca este proceso. La ciudad conoce el dolor de los ciclos frustrados. Esta vez, la comunidad espera un crecimiento con sentido social y duradero.
El proyecto energético es clave para la región. Vaca Muerta Sur conectará la producción neuquina con el puerto rionegrino. El oleoducto permitirá exportar petróleo por Punta Colorada.
El sur rionegrino se transforma en polo logístico. Las inversiones en infraestructura marcan un antes y un después. El desafío será sostener ese cambio de forma ordenada.
La gobernación sigue cada paso del proceso. Weretilneck destacó el control conjunto. “Monitoreamos la planta ocupada con Energía y Trabajo”, dijo. El seguimiento incluye el avance técnico y el impacto social.
Los sindicatos celebran la generación de empleo. La UOCRA destaca la inclusión de trabajadores locales. Las capacitaciones permiten sumar nuevos perfiles a una industria que vuelve a crecer.
Los jóvenes ven una oportunidad concreta. Muchos se anotaron en los registros. Otros se capacitan para ingresar. La esperanza volvió a los barrios de Sierra Grande.
La energía marca el nuevo rumbo de la ciudad. El petróleo reemplaza al hierro como motor económico. El cambio llegó para quedarse. La comunidad deberá adaptarse con inteligencia.
Sierra Grande renace con el esfuerzo de todos. Pero necesita orden, inversión y planificación. El boom petrolero puede ser una oportunidad o una trampa. Todo dependerá de las decisiones que se tomen ahora.









