


El Consejo Directivo del INTA se reunió en medio de un clima tenso. No se debatieron los temas urgentes, ni se conocieron detalles del decreto que reformará su estructura. La conducción política del instituto quedó paralizada.


El secretario de Agricultura adelantó una reforma profunda. “Habrá un decreto que cambiará la conducción y dejará al Consejo como un órgano decorativo”, explicó Sergio Iraeta ante los directores del organismo.
El Ejecutivo busca controlar el INTA sin intermediarios. El nuevo esquema quitará representación universitaria y de grupos técnicos. Solo quedarán voces afines al gobierno nacional, según fuentes internas.
El ministro Sturzenegger encabeza esta ofensiva política. Se apoya en declaraciones públicas cargadas de falsedades. Su objetivo real es intervenir el INTA sin acuerdo ni debate previo.
“¿Qué hace el INTA?”, preguntó Sturzenegger al aire. La frase causó rechazo en el sistema científico. Se considera una falta grave de respeto institucional y de ignorancia deliberada.
El funcionario afirmó que el INTA gasta demasiado. Dijo que consume la mitad de lo recaudado por retenciones al maíz. Esa afirmación es falsa y fue desmentida con datos públicos.
La Bolsa de Comercio de Rosario reveló cifras oficiales. En 2025, se espera recaudar 1.195 millones de dólares por retenciones al maíz. Ese monto equivale a más de 1,3 billones de pesos.
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El presupuesto del INTA es de 223.000 millones. Representa el 16,9% de la recaudación por maíz. Muy lejos del 50% mencionado por el ministro ante LN+.
La diferencia entre ambas cifras es insalvable. Los 223.000 millones se alejan también del total recaudado por el complejo agroexportador. En ese caso, el INTA solo representa el 2,3%.
Sturzenegger también habló de 3.000 vehículos. Dijo que el parque automotor del INTA era excesivo. Pero no explicó que más de la mitad son unidades en desuso.
La otra mitad se usa en tareas técnicas. El INTA recorre zonas rurales de todo el país. Sin movilidad, el trabajo territorial no se puede garantizar.
El organismo emplea a 6.200 personas. Sturzenegger quiere despedir a 1.500. Planea reducir la planta a 4.500 técnicos, investigadores y personal de campo.
La reforma no incluirá retiros voluntarios. Directamente se dictarán cesantías. También se cerrarán centros regionales y estaciones experimentales.
La difusión de tecnologías pasará a las provincias. Se eliminará el área de extensión. Las provincias no tienen recursos ni estructura para asumir esas funciones.
El presidente y la vicepresidenta del INTA no tienen poder real. Nicolás Bronzovich y Pilu Giraudo tampoco conocen el contenido del decreto. Se espera su desplazamiento inminente.
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Ariel Pereda, director nacional elegido por concurso, fue marginado. “No fui consultado en ningún momento”, denunció públicamente. Economía ignoró el informe que ellos mismos habían pedido.
El ajuste tiene lógica política. El gobierno busca centralizar el control del INTA para facilitar el recorte y avanzar con privatizaciones encubiertas.
Está prevista la venta de campos del INTA. Son miles de hectáreas distribuidas en distintas regiones productivas. Algunas tienen instalaciones y personal activo.
La situación preocupa al sistema científico. El INTA cumple 70 años y nunca había sido atacado con tanta virulencia. Se considera una de las instituciones más federales del país.
El ajuste no tiene justificación presupuestaria. El gasto en el INTA es bajo en relación a otros organismos. Su impacto territorial, en cambio, es alto.
“El presupuesto de la SIDE es un tercio del del INTA”, señalaron fuentes internas. Eso evidencia prioridades políticas. La ciencia pierde terreno frente a la inteligencia estatal.
Las universidades públicas también serán excluidas. El nuevo esquema dejará sin voz a uno de los actores centrales del sistema agropecuario argentino.
Los grupos CREA tampoco formarán parte del Consejo. Serán reemplazados por funcionarios del Ejecutivo. El INTA perderá su diversidad institucional.
La intervención no fue discutida internamente. Nadie conoce la letra chica del decreto. Ni siquiera los consejeros que serán desplazados.
El Consejo Directivo quedó paralizado. Los representantes del sector agropecuario no frenaron el avance oficial. Algunos fueron acusados de complicidad.
La Mesa de Enlace guarda silencio. Varias entidades que participan en el INTA no emitieron comunicados ni rechazos públicos. Solo se registraron reclamos puntuales.
El gobierno busca controlar el conocimiento estratégico. La reforma del INTA no apunta a mejorar la eficiencia. Apunta a subordinar la producción científica a la lógica del poder.
Las provincias perderán presencia territorial del organismo. Varias economías regionales dependen del INTA para su innovación, su formación técnica y su extensión.
La medida tiene impacto nacional. “Este ajuste es demoledor para el futuro del INTA”, concluyeron trabajadores y especialistas. El decreto será inminente.
El ajuste ya está decidido. El gobierno quiere ejecutar la reforma sin resistencias internas. La intervención ya comenzó, aunque todavía no se firmó el decreto.









