

Bruselas inaugura un museo para rendir homenaje a sus papas fritas tradicionales
PODCASTS Radio Francia Internacional05/06/2025

Según el podcast Enfoque Internacional de Radio Francia Internacional, la capital belga inauguró el primer museo dedicado exclusivamente a las papas fritas, ícono nacional y patrimonio inmaterial del país. El espacio reúne historia, curiosidades, cultura pop y, sobre todo, sabor en estado puro. Ubicado en el corazón de Bruselas, el museo propone una experiencia didáctica, interactiva y profundamente sabrosa.


Las papas fritas belgas no se fríen como en otros países. La cocción es doble, a distintas temperaturas, y se utiliza grasa de buey en lugar de aceite vegetal. Esta combinación es la que otorga una textura crujiente por fuera y suave por dentro, junto con un sabor más profundo.
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“Las papas fritas belgas son especiales porque se cocinan dos veces y en grasa de vaca”, cuenta Edna, la cocinera oficial del museo. Ella se encarga de servir el plato estrella a los visitantes, que no solo aprenden, sino también degustan. La diferencia con las papas francesas también forma parte de la exposición.
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Mike Misson, director del museo, remarca el trabajo detrás de este proyecto que llevó dos años de investigación. “Estudiamos el origen y la historia de la papa, desde su cultivo en Perú hasta su llegada al plato”, afirma. La muestra también revela datos insólitos, como que en el siglo XVI se creía que aumentaban el vigor sexual.
El museo también juega con lo lúdico: hay una jukebox con canciones sobre papas fritas, desde Jacques Brel hasta Jean Valton. Y entre paneles informativos aparece el clásico juguete Mr. Potato, que nació en 1949. El lugar mezcla educación, humor y gastronomía como parte de una identidad nacional.
Una turista estadounidense, Juutti, relató su experiencia tras la visita: “Estaba llena por los gofres, pero no me pude resistir”. Su testimonio resume el efecto irresistible que genera el museo y sus papas. El olor, el color dorado y el crujido forman parte de un relato sensorial que deja huella.
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El espacio busca atraer tanto a locales como a extranjeros con una propuesta inmersiva. No se trata solo de comer, sino de comprender por qué este alimento emociona y trasciende generaciones. Desde la papa cruda hasta la fritura perfecta, todo está contado con pasión.
Bruselas logra así reivindicar un símbolo nacional con profundidad, estilo y un sabor que, según sus creadores, “no se olvida nunca”. La papa frita dejó de ser un simple acompañamiento para convertirse en protagonista absoluta. Y este museo es, ahora, su casa.
Material publicado por gentileza Radio Francia Internacional









