Conflicto pesquero: Acampe y crisis social en Puerto Deseado

Actualidad08/06/2025Sergio BustosSergio Bustos
marineros santa cruz
Riesgo social en Santa Cruz.

Un grupo de marineros inició un acampe frente al gimnasio municipal de Puerto Deseado. La protesta busca frenar el intento de bajar los salarios en el sector del langostino congelado a bordo.

La medida de fuerza es impulsada por el SOMU. Los delegados Rodrigo Rogel y Marcelo Flores encabezan la protesta junto a trabajadores de varias empresas pesqueras.

El conflicto se originó por una propuesta de las cámaras empresarias. Plantearon una reducción del 30% en los salarios vinculados a la producción de langostino.

El sindicato rechazó la oferta por considerarla ilegal. “No pueden renegociar convenios a la baja. No lo vamos a permitir”, sostuvo Rogel.

La flota tangonera se encuentra paralizada desde hace semanas. La falta de actividad agrava la situación económica de las familias marítimas.

El acampe se desarrolla en un terreno baldío contiguo al gimnasio. Los trabajadores rotan por turnos para sostener la medida de fuerza.

“La situación se vuelve crítica. Puede explotar”, advirtió Rogel. El delegado expresó su preocupación por el impacto social del conflicto.


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Los marineros exigen una solución concreta. Piden el cumplimiento del convenio vigente y la reactivación inmediata de la flota.

El SOMU señaló que el conflicto afecta a toda la cadena. “Sin marineros no hay materia prima, no hay descargas”, dijeron.

La ciudad depende de la pesca como motor económico. La paralización de buques repercute en las plantas, los transportistas y el comercio.

No hubo presencia de autoridades en el lugar del acampe. El sindicato confirmó que el gobernador Claudio Vidal sigue el conflicto de cerca.

Los trabajadores esperan una respuesta urgente del gobierno. Temen que el conflicto escale si no se garantiza una salida digna.

El acampe se mantendrá hasta tener una respuesta. “Nos vamos a quedar hasta que la flota vuelva al mar”, afirmó Rogel.

El reclamo apunta a las cámaras empresariales. Los marineros acusan a las empresas de intentar recortar derechos adquiridos.

El conflicto comenzó a visibilizarse en medios del sector. La publicación Mar&Pesca entrevistó a los delegados en plena protesta.

El gremio remarcó que los salarios ya vienen golpeados. Denuncian pérdida de poder adquisitivo y condiciones laborales precarias.


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Puerto Deseado atraviesa un momento social delicado. La pesca sostiene buena parte del empleo directo e indirecto en la localidad.

El SOMU pidió que se respete el convenio vigente. Sostienen que cualquier cambio debe acordarse con los trabajadores en condiciones de igualdad.

La paralización de la flota afecta a otras provincias. La actividad en el Golfo San Jorge depende del langostino congelado.

Los delegados del SOMU también alertaron sobre otros riesgos. Advirtieron que el conflicto puede replicarse en otros puertos.

“El marinero no aguanta más”, dijo Flores. El dirigente subrayó el desgaste emocional que genera la falta de trabajo.

El sindicato convocó a la unidad de todo el sector. Piden el respaldo de otros gremios y actores sociales de la ciudad.

El conflicto pesquero se agrava con la inflación. La pérdida de ingresos golpea con fuerza en contextos de inactividad.

La cámara empresarial aún no respondió al reclamo. Los trabajadores exigen una mesa de diálogo sin condiciones previas.

Rogel insistió en que el trabajo debe valorarse. “Somos el primer eslabón de la cadena pesquera. Si paramos, todo para”, sentenció.

Los vecinos de Puerto Deseado acompañan la protesta. Varias familias se acercaron a brindar apoyo con alimentos y palabras de aliento.

El gremio mantendrá el acampe con organización. Planean turnos rotativos para sostener la presencia hasta que haya una solución.

Los marineros reclaman respeto y reconocimiento. “Queremos trabajar. No queremos regalar nuestro esfuerzo”, remarcaron.

El conflicto se instaló en la agenda pública. La tensión crece mientras el langostino espera en el muelle sin zarpar.

Puerto Deseado mira al mar con incertidumbre. Los barcos siguen amarrados. Los marineros esperan una señal para volver al trabajo.

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