


El mercado financiero argentino tuvo una jornada agitada este lunes, marcada por la suba de $30 del dólar informal, que cerró en $1.195, en lo que significó un repunte del 2,6%. El salto interrumpe la tónica de relativa calma cambiaria que se mantenía desde mayo y eleva nuevamente la tensión en torno al comportamiento de los tipos de cambio paralelos.


Pese a este incremento, la cotización del blue continúa por debajo de los $1.200, aunque alcanza su valor más alto en más de un mes. El precio más reciente similar fue el del pasado 5 de mayo, cuando el billete informal tocó los $1.205.
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En tanto, los dólares financieros registraron variaciones moderadas. El “contado con liquidación” operado mediante bonos quedó en $1.197,01, mientras que el MEP finalizó la jornada en $1.191,03. La brecha cambiaria entre el mayorista ($1.185) y el minorista promedio ($1.201,33) se achicó a solo un 1,4%, mostrando una momentánea convergencia de precios tras la salida del cepo.
Por otro lado, el dólar minorista se mantuvo sin cambios en el Banco Nación, en $1.200, mientras que el promedio de entidades del Banco Central marcó un leve retroceso de 0,4%, para cerrar en $1.201,33.
El escenario cambiario estuvo acompañado por una jornada desfavorable para las acciones argentinas, con el índice S&P Merval cayendo un 2,1%, cerrando en 2.111.197 puntos. Las pérdidas reflejan la cautela de los inversores ante la falta de señales políticas y económicas claras, así como el impacto de tensiones internacionales vinculadas a las negociaciones comerciales entre Estados Unidos y China.
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En Nueva York, los ADR de empresas argentinas también retrocedieron, con fuertes bajas como las de Edenor (-4,4%), IRSA (-3,1%) y Telecom (-3,1%). Estas caídas se dan en un contexto de menor apetito por activos de riesgo vinculados a países emergentes.
En contraste, los bonos soberanos en dólares mostraron un leve avance promedio de 0,4%, impulsados en parte por las expectativas de financiamiento externo y la licitación de un bono destinado a inversores foráneos. En concreto, el Gobierno argentino busca sumar unos 4.400 millones de dólares a las reservas del Banco Central en el marco de la primera revisión del acuerdo con el FMI.
Para ese objetivo, se lanzaron operaciones como el Bonte 2030 por 1.000 millones de dólares y se negocia un REPO por unos 2.000 millones con bancos privados. Sin embargo, el Gobierno evitó confirmar si la revisión del Fondo se postergará para julio, en medio de crecientes versiones sobre dificultades para cumplir metas.
En paralelo, las reservas brutas del BCRA bajaron 33 millones de dólares, quedando en 38.602 millones, aunque siguen mostrando una mejora de 82% desde la llegada de Javier Milei a la presidencia.







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