

En Puerto Madryn, el monitoreo de precios de productos esenciales reflejó una suba del 2,1% en junio, apenas por encima del mes anterior. El dato surge del relevamiento que realiza mensualmente el Centro de Estudios José María Rey, y pone nuevamente en evidencia el peso que la inflación alimentaria sigue teniendo en la vida cotidiana de las familias.

“Hay que disponer al menos un 2% más cada mes para comprar lo mismo”, advirtió Claudio Dermo. La medición incluye una canasta de 50 productos básicos, entre alimentos frescos, envasados y artículos de higiene, cuya evolución se sigue desde hace cinco años.
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El informe advierte que frutas, verduras y carne picada fueron los productos con mayores aumentos, por su carácter estacional. Sin embargo, casi el 70% de los artículos se mantuvo con incrementos entre el 1% y el 10%. “No bajaron, pero algunos subieron centavos, no más”, explicaron desde el centro de estudios.
El impacto real no se mide solo en porcentajes, sino en cómo las familias reorganizan su consumo frente a la inflación acumulada. “Cuando se recurre a la tarjeta de crédito para comprar comida, ya no hay vuelta atrás”, señaló Dermo durante una entrevista en #MODO17 por #LA17.
La situación se agrava con la pérdida de ingresos en sectores como la pesca, muy golpeados en los últimos meses. “Hay hogares sin ingresos desde hace semanas. Algunos piden adelantos y otros ya no pueden sostener ni las compras mínimas”, describió el referente.
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En paralelo, creció el número de comedores y tenderos comunitarios en los barrios. “Hoy hay más de 50 espacios solidarios en Madryn, y siempre hay gente que colabora, eso sostiene a muchas familias en este contexto”, destacó Dermo, quien también trabaja en una entidad benéfica.
El informe no solo mide precios sino que propone pautas para el consumo más consciente: hacer listas, evitar compras impulsivas y desconfiar de ofertas engañosas. “No todo lo que parece promoción lo es. Si comprás tres y no necesitás tres, no hay ahorro”, resumió el especialista.
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El hábito de recorrer precios también cambia según el barrio, el tipo de comercio y la modalidad de compra. Algunos locales de cercanía pueden ofrecer valores más bajos que las grandes cadenas. Pero acceder a esa ventaja requiere tiempo, organización y buena información.
“Lo más necesario hoy es lograr estabilidad para que los precios puedan empezar a tener sentido y el consumidor pueda tomar decisiones con información real”, concluyó Dermo. Mientras tanto, el relevamiento mensual se mantiene como un termómetro modesto, pero necesario, para saber dónde estamos parados.









