
El hambre empuja a las niñas al matrimonio en Zimbabwe mientras la sequía no da tregua
PODCASTS Radio Francia Internacional19/07/2025

En Zimbabwe, la sequía no solo arrasa los cultivos. También arrastra con los derechos de miles de niñas. El país declaró el estado de catástrofe el año pasado, pero los efectos más devastadores no son siempre los que se ven en la superficie. Según un reportaje del podcast Enfoque Internacional de Radio Francia Internacional, la crisis climática está disparando los matrimonios infantiles en comunidades rurales arrasadas por el hambre.

En una aldea cercana a Bulawayo, Lungisani Nyathi observa con resignación uno de los pocos pozos de agua que aún no se secaron. Vive con su esposa y sus cuatro hijos, entre ellos una beba de apenas diez meses. “El agua no es suficiente y por eso la gente sufre mucho”, dice. “Es duro, pero, si esto sigue así, sí podría ocurrir”, agrega, al admitir que el futuro de su hija está en riesgo.
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La falta de recursos lleva a muchas familias a considerar el casamiento de sus hijas como una forma de alivianar la carga. En muchos casos, implica recibir una compensación económica o, simplemente, asegurarse que una boca menos dependa del escaso alimento diario. La práctica, aunque ilegal, se sostiene por una mezcla de desesperación, tradición y falta de alternativas.
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Organizaciones locales como ORAP, en conjunto con la británica Mary's Meals, intentan frenar esta tendencia repartiendo comida en escuelas rurales. Más de 56.000 niños reciben alimentos diariamente en 170 instituciones. El objetivo es doble: garantizar la nutrición y evitar el abandono escolar. “Sin duda, están aumentando las menores embarazadas y las que se casan”, advierte Mvuse Huni, directora ejecutiva de ORAP.
El patrón se repite en todo el país. En el distrito de Nyati, la maestra Thadine Mpone explica que el hambre y la falta de agua empujan a muchas chicas a abandonar la escuela y buscar refugio en un matrimonio prematuro. “Es una estrategia de supervivencia, porque no hay suficiente comida”, resume.
El problema no es nuevo, pero se agrava con cada sequía. Según Huni, “las sequías están siendo cada vez más continuadas y extendidas en el tiempo”, lo que convierte el fenómeno en una amenaza estructural. Las familias que dependen de la agricultura ya no pueden sostenerse y la presión se descarga sobre las más vulnerables.
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Aunque los matrimonios infantiles están prohibidos por ley, la tolerancia social impide que se erradiquen. La cultura rural, las condiciones de vida y la falta de controles hacen que estas uniones persistan sin demasiada resistencia. La estadística es contundente: más de un millón de mujeres en Zimbabwe fueron niñas esposas.
El círculo se repite y se profundiza con cada nueva sequía. La combinación de pobreza extrema, hambre, tradiciones patriarcales y desprotección estatal termina por cerrar las posibilidades de muchas niñas antes de que puedan decidir sobre su vida.
Desde la comunidad internacional se multiplican las alertas, pero las soluciones no llegan con la misma velocidad que las emergencias. Zimbabwe hoy es ejemplo del daño silencioso que puede causar el cambio climático, cuando golpea a los sectores más invisibilizados de la sociedad.
Material publicado por gentileza Radio Francia Internacional









