“¡Dejá de mentirnos! ¡Y dejá de mentirle al Presidente!”, la advertencia de un Gobernador a Menem

Política22/09/2025

Gobernadores de Provincias Unidas

La situación entre la Casa Rosada y los gobernadores atraviesa su punto más alto de tensión desde que Javier Milei asumió la presidencia. Mandatarios de distintas provincias coincidieron en reproches por promesas incumplidas, reclamos presupuestarios y acusaciones cruzadas que deterioraron el vínculo político. El flamante ministro del Interior, Lisandro Catalán, asumió la tarea de recomponer la relación, pero sus primeros intentos no dieron resultado.

El gobernador de Salta, Gustavo Sáenz, fue uno de los más contundentes. “Todo lo que me prometieron desde el Gobierno quedó en la nada”, le transmitió a Catalán en un encuentro reciente. A su vez, denunció que candidatos libertarios en su provincia realizaron campañas en su contra, con acusaciones de gravedad. La falta de respuestas concretas llevó al mandatario a cerrar la conversación con un mensaje lapidario: “Tienen que cambiar”.

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La misma molestia alcanzó a Gustavo Valdés en Corrientes y a Raúl Jalil en Catamarca, mientras que en Tierra del Fuego, Gustavo Melella expresó su descontento por compromisos que, según él, nunca se cumplieron. “No sé si algún gobernador habla directo con Milei”, deslizó, aludiendo a la distancia que sienten con la Casa Rosada.

El malestar se extendió a Entre Ríos, donde Rogelio Frigerio aún espera fondos comprometidos para la Caja Previsional y la reparación de rutas nacionales. La Ruta 14, arteria estratégica para la logística regional, permanece sin concesionario y con un deterioro que preocupa a la provincia. La falta de avances se replicó en otros distritos, donde los gobernadores consideran que el Gobierno nacional dilata respuestas y descuida la infraestructura básica.

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Los cortocircuitos también se hicieron visibles en reuniones virtuales con funcionarios nacionales. En un encuentro encabezado por Catalán y el presidente de la Cámara de Diputados, Martín Menem, el mendocino Alfredo Cornejo lanzó una advertencia: “¡Dejá de mentirnos, Martín, no tienen los votos! ¡Y dejá de mentirle al Presidente!”. Rogelio Frigerio respaldó esa postura y remarcó que los gobernadores no responden a órdenes externas.

En paralelo, el chubutense Ignacio Torres también expresó su enojo. Aunque participó de la firma de un acuerdo de condonación de deuda con el ministro de Economía, Luis Caputo, aclaró que se trató de la resolución de un litigio y no de un gesto político. “Ya compito contra libertarios acá y me acusan de cualquier cosa, pero que estén ayudando a los K…”, cuestionó Torres, visiblemente molesto.

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El desgaste se tradujo en hechos concretos: gobernadores patagónicos avanzan en obras con recursos propios, como un centro de brigadistas anti incendios y un gasoducto cordillerano, ambas iniciativas que habían sido comprometidas por Nación y nunca financiadas. “En lugar de esperar, empezamos a hacer las cosas nosotros”, sintetizó uno de los mandatarios.

Este escenario de reclamos y distanciamiento abrió un nuevo capítulo en el tablero político nacional. Los gobernadores comenzaron a tejer alianzas con legisladores y buscan consolidar un armado parlamentario propio, alejándose de la influencia de la Casa Rosada. La posibilidad de un interbloque que responda más a los intereses provinciales que al Ejecutivo ya circula en los pasillos del Congreso.

Fuente: Diario Clarín