
Recorrió 50 mil kilómetros en moto por África y volvió a la Argentina con historias de vida
Enfoques26/09/2025
REDACCIÓN
El tucumano Agustín Izquierdo, que desde hace ocho años vive en Barcelona, regresó a la Argentina tras completar un recorrido de más de 50 mil kilómetros en moto por África. La travesía duró once meses y medio y lo llevó desde Marruecos hasta Sudáfrica, con un itinerario que debió modificar por conflictos armados en Sudán y Sudán del Sur. En diálogo con el programa #MODO17 por #LA17, recordó que su plan inicial era llegar hasta Egipto, aunque las guerras civiles lo obligaron a regresar hacia el sur. “Desde el norte de Kenia tuve que bajar de nuevo a Ciudad del Cabo porque no me dejaban entrar a esos países, era muy peligroso”, explicó.


Uno de los aspectos más significativos del viaje fue la decisión de hacerlo en moto. Según relató, ese medio de transporte le permitió acercarse de manera directa a la gente en pueblos y ciudades donde pocas veces habían visto un vehículo de ese tipo. “La moto llamaba la atención, no por mí sino por el tamaño, porque en muchos lugares nunca habían visto una moto de 700 centímetros cúbicos”, relató. Esa curiosidad generó encuentros espontáneos que, con el paso de los meses, se transformaron en charlas, vínculos y un contacto profundo con culturas muy diferentes.
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El recorrido también estuvo marcado por temperaturas extremas y situaciones exigentes. “En Nigeria llegué a soportar 48 grados con toda la ropa de moto, fue un infierno literal”, contó. Para cuidarse, se aplicó varias vacunas antes de salir, utilizó mosquiteros y repelentes para evitar la malaria, y procuró no arriesgarse con comidas o aguas sin control sanitario. “Yo siempre era precavido, si veía un camino muy complicado prefería dar una vuelta más larga, porque un accidente en esos lugares puede arruinar el viaje y poner en riesgo tu vida”, sostuvo.

En medio de esas dificultades aparecieron también las experiencias que lo marcaron para siempre. Una de ellas ocurrió en el norte de Kenia, donde observó a chicos corriendo descalzos rumbo a la escuela. “Les ofrecí llevarlos en la moto y me dijeron que no, porque su sueño era ser maratonistas”, relató emocionado. Ese encuentro lo llevó a reflexionar sobre cómo, a pesar de la pobreza y la falta de recursos, en esas comunidades nace la pasión que luego transforma a la región en cuna de campeones olímpicos.
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El contacto con la gente fue, para Izquierdo, el corazón del viaje. “Quería ir a África para ver con mis propios ojos cómo vive la gente, qué hace, cómo se relaciona y cuáles son sus alegrías”, explicó. Reconoció que al inicio le costó acostumbrarse a la atención que despertaba, pero con el tiempo aprendió a romper prejuicios y a integrarse a comunidades que lo recibieron con generosidad. “Lo que más me llevo es la sonrisa de la gente, la energía que transmiten a pesar de no tener casi nada”, señaló.
El viaje tuvo además un costado familiar, ya que durante los primeros meses lo compartió con su padre en la misma moto. “Éramos dos personas en una moto grande, algo muy poco común para una travesía de este tipo, y fue inolvidable”, comentó. Más adelante, otra parte del recorrido la hizo junto a un Citroën 13 CV que trasladaron desde Argentina hasta Angola para atravesar varios países. Esa experiencia, según recordó, implicó meses de trámites y gestiones aduaneras, pero se convirtió en una anécdota única dentro de la aventura.
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Con el paso de los meses, el viajero tucumano también fue registrando las enormes diferencias entre lo que muestran los folletos turísticos y lo que vive la gente en su día a día. Para él, la moto fue un puente para conocer la vida cotidiana en pueblos pequeños, compartir costumbres y aprender de la hospitalidad africana. Aseguró que ese contacto directo le permitió derribar prejuicios y entender que “la gente africana es trabajadora, amable y se esfuerza mucho en condiciones muy difíciles, siempre con una sonrisa”.
De regreso en Argentina, explicó que el cuerpo le pide descanso después de tantos kilómetros, noches improvisadas y meses de esfuerzo físico. Volvió al país para participar de un casamiento en Tucumán y luego planea regresar a Barcelona, donde retomará su rutina laboral. Sin embargo, no descarta seguir viajando: “El próximo viaje también será a África, pero ya de vacaciones, en avión y con más tranquilidad”, anticipó.
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La entrevista cerró con un mensaje que resume su experiencia. Para Izquierdo, lo más valioso fue comprobar que la perseverancia y la humildad son las mejores herramientas para abrir puertas en territorios desconocidos. “La sonrisa de la gente africana es algo que no voy a olvidar nunca”, concluyó.


















