
Argentina canceló su participación en la feria pesquera más grande de Asia y provocó un fuerte malestar diplomático
Actualidad28/10/2025
Sergio Bustos
Argentina perdió una oportunidad comercial histórica y dejó una pésima imagen internacional. El Gobierno nacional canceló a último momento su participación en la feria “China Fisheries and Seafood Expo (CFSE) 2025”, el evento pesquero más importante de Asia, donde se esperaba concretar acuerdos de exportación de langostino y calamar con empresas chinas.


La exposición, que se realizará entre el 29 y el 31 de octubre en la ciudad de Qingdao, reúne cada año a miles de empresarios del sector y es considerada una vidriera global para los productos del mar. Hasta hace pocas semanas, la Agencia Argentina de Inversiones y Comercio Internacional y el Consejo Federal Pesquero invitaban a las empresas a inscribirse para participar bajo la marca país “Mar Argentino, Salvaje y Austral”.
Sin embargo, el 10 de octubre la Casa Rosada notificó que Argentina se bajaba del evento, suspendiendo todas las reuniones institucionales y la presencia oficial. El anuncio cayó como un baldazo de agua fría entre los empresarios del sector y generó desconcierto incluso en la propia Subsecretaría de Pesca, que había confirmado su viaje y la firma de acuerdos comerciales con la multinacional Bright Food.
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“Hay que recuperar todos los espacios posibles. Cada empresa que logre un nuevo cliente es fundamental”, había declarado días antes el subsecretario Juan Antonio López Cazorla, quien tenía previsto viajar junto al presidente de la CAPIP, Agustín de la Fuente, para sellar un acuerdo de cooperación en la venta de langostino.
Bright Food es una corporación estatal con sede en Shanghái y una de las mayores productoras de alimentos y bebidas de China. Su red de alianzas abarca empresas de Nueva Zelanda, Israel, Australia y el Reino Unido. En los últimos años, incorporó productos provenientes de América Latina, y la negociación con Argentina hubiera posicionado al país como primer proveedor de pesca salvaje y natural para el gigante asiático.
El retiro repentino de la delegación argentina no solo canceló ese acuerdo, sino también otras reuniones planificadas por CAPIP con empresarios chinos interesados en el langostino. Para el sector, fue un papelón diplomático y comercial difícil de justificar.
En la cultura china, cancelar una participación oficial a último momento se interpreta como una señal de desprecio o distancia política. Para una nación que basa su diplomacia en el cumplimiento del protocolo, el gesto fue leído como un desaire.
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Analistas del sector pesquero remarcan que la ausencia argentina se produce en un momento delicado, cuando crece la presión por regular la actividad de la flota extranjera en la Milla 201 y consolidar acuerdos sobre la certificación del calamar, tema sensible para ambos países. El escenario era propicio para reafirmar la soberanía comercial y discutir la pesca no regulada que realizan buques internacionales en aguas adyacentes al Mar Argentino. Pero la oportunidad se perdió de la peor manera: sin explicaciones oficiales y con un daño institucional que podría tener consecuencias a largo plazo.
“Así de serios somos”, resumieron desde el sector, con evidente enojo. Lo que debía ser una estrategia de apertura comercial terminó convertido en un acto de torpeza política que, según empresarios y armadores, deja al país sin presencia en uno de los mercados más competitivos del planeta. En medio de las tensiones diplomáticas y las señales contradictorias hacia China, la industria pesquera argentina quedó sin voz ni representación en la feria donde se negocian los contratos más relevantes del año.
















