

La tensión se instaló temprano en el estadio de Obras Sanitarias. Desde las nueve de la mañana, los congresales de la CGT deliberan entre gritos, llamados y corrillos. El punto caliente: si la central obrera mantiene el esquema de tres cotitulares o si vuelve a un solo secretario general.


Luis Barrionuevo y sus aliados se plantaron contra el triunvirato. El gastronómico propuso romper el pacto alcanzado anoche y forzar una votación. Su bloque impulsa volver al mando único y hasta sugirió a Gerardo Martínez, de la UOCRA, como posible figura central. Pero el propio Martínez rechazó la idea.
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La movida de Barrionuevo agitó los pasillos del congreso y puso en suspenso el acuerdo que se había cerrado horas antes. Ese pacto establecía una conducción tripartita integrada por Octavio Argüello (Camioneros), Jorge Sola (Seguros) y Cristian Jerónimo (Vidrio).
“No hay consenso real, queremos votar de nuevo”, habría dicho uno de los dirigentes del sector barrionuevista. Si los 2186 congresales de los 210 sindicatos apoyan su moción, la CGT deberá redefinir todo el esquema de conducción.

El bloque opositor cuenta con el respaldo de la UTA, La Fraternidad y Carga y Descarga, entre otros gremios. Si su propuesta gana, habrá que negociar a contrarreloj para elegir un solo titular. Si pierde, Barrionuevo y sus socios deberán aceptar los cargos que les fueron ofrecidos, o abandonar la central.
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La amenaza de ruptura es concreta. En caso de quedar afuera, el gastronómico reflotaría la CGT Azul y Blanca, aquella que fundó en 2008 con unos cuarenta sindicatos. La fractura, una vez más, asoma como posibilidad en el sindicalismo argentino.
Mientras tanto, los sectores kirchneristas analizan cómo moverse. Abel Furlán (UOM) y Sergio Palazzo (Bancarios)aceptaron los lugares propuestos, pero designarán a otros dirigentes en su nombre, una forma elegante de marcar distancia del armado.
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También habrá cambios en puestos clave: Héctor Daer pasará a Interior, Omar Plaini asumiría en Finanzas, Horacio Arreceygor en Prensa y un dirigente de SMATA ocupará la Secretaría de Industria. En tanto, Gerardo Martínez, José Luis Lingeri y Sergio Romero conservarán sus cargos actuales.
El congreso promete definiciones antes de la medianoche. “Acá nadie se baja sin negociar”, admitió un delegado entre risas tensas. El futuro de la CGT, una vez más, se juega entre la unidad y la ruptura.





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