Belgrano: el Estado subastó una manzana entera por USD 46,5 millones

El Estado nacional subastó uno de los terrenos más codiciados de la Ciudad de Buenos Aires: una manzana completa en el Bajo Belgrano, delimitada por las calles Echeverría, Cazadores, Juramento y Artilleros. La venta se realizó a través de la Agencia de Administración de Bienes del Estado (AABE) y despertó fuerte interés del sector inmobiliario por su ubicación y escala.

La subasta virtual ya tiene ganador. La desarrolladora Argencons se quedó con el predio y, según fuentes del sector, pagó alrededor de USD 46,5 millones, un monto que deja la operación entre las más altas del año para un activo estatal en la Ciudad.

El inmueble pertenecía a la Policía Federal Argentina y había sido desafectado del uso del Ministerio de Seguridad. En los hechos, el playón interno se utilizaba para el guardado de vehículos de la fuerza y de bomberos, con un historial de permisos administrativos que fue cambiando con el paso de las gestiones nacionales.

Por su tamaño, el predio se volvió una pieza rara en el tablero porteño. En la información asociada a la subasta se lo describe como un terreno de casi una hectárea, dentro de la manzana comprendida por Echeverría 1175, Juramento 1142, Artilleros 2017/51/81 y Cazadores s/n.

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El precio base se fijó en USD 21.369.863. La cifra final atribuida al ganador, de confirmarse, más que duplicó ese piso y dejó en evidencia el nivel de competencia por lotes grandes en un barrio donde casi no quedan superficies de ese calibre.

La puja tuvo varios nombres en carrera. Participaron Ciudad G3, Quesada 2441 y Santagada LINE, con ofertas que se movieron en torno a los USD 40 y 45 millones. También se mencionó la participación de IRSA, con una oferta de USD 27 millones. En total, hubo seis oferentes.

Argencons, la empresa que se quedó con el terreno, destaca en el mercado por su trayectoria y por proyectos residenciales de gran escala. En el año se conoció además un movimiento societario fuerte: Eduardo Costantini pasó a ser accionista mayoritario tras comprarle parte de la firma a su fundador, Miguel Ángel Camps, quien continuó como accionista.

La expectativa del sector es que en ese terreno avance un proyecto de viviendas. Se trata de una zona con límites de altura para construcciones nuevas, un dato que define el tipo de emprendimiento posible y el perfil final del desarrollo.

La operación se enmarca en una política nacional de venta de inmuebles estatales con el argumento de mejorar el aprovechamiento del patrimonio y obtener recursos para el Tesoro. En esa línea, el Decreto 575/2025 estableció que los ingresos provenientes de estas enajenaciones ingresen directamente a las cuentas del Tesoro Nacional.

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Otro dato que miran los desarrolladores es el margen de intervención sobre el predio. Según se informó, la propiedad no tendría valor patrimonial, lo que habilita su modificación o demolición, un punto central cuando se proyecta una obra desde cero.

Con la subasta cerrada, el Bajo Belgrano suma un capítulo nuevo en la disputa por suelo premium. El Estado convirtió un activo en caja y el mercado se llevó una manzana completa, con un número que marca tendencia y vuelve a poner en debate el destino urbanístico de la zona.