Aguinaldo de diciembre: a qué lo destinarán la mayoría de los hogares argentinos

Actualidad15/12/2025

SAC de diciembre. Imagen ilustrativa

El uso que los argentinos planean darle al aguinaldo de diciembre 2025 confirma un giro marcado en las prioridades de consumo, de acuerdo con un relevamiento de Focus Market realizado sobre 3.875 casos y difundido por su director, Damián Di Pace. El estudio señala que el ingreso extra de fin de año pierde su carácter de refuerzo para el ocio o la inversión y pasa a cumplir una función de sostén financiero, en un contexto donde la macroeconomía muestra orden, pero el salario real todavía no alcanza.

Según datos del Sistema Integrado Previsional Argentino (SIPA), 10.051.200 personas con empleo asalariado registrado perciben aguinaldo en el país, distribuidas entre el sector privado (6.204.300), el sector público (3.406.000) y el trabajo en casas particulares (440.900). Sobre ese universo, el relevamiento detecta que el pago de deudas y los gastos generales concentran el mayor crecimiento interanual, con un salto combinado de 18 puntos porcentuales.

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En concreto, el pago de deudas pasa del 13% en 2024 al 29% en 2025, el movimiento más abrupto de toda la medición. Para Damián Di Pace, este dato sintetiza el clima económico en los hogares: “El aguinaldo de diciembre 2025 muestra una orientación más conservadora y defensiva comparado con 2024, con un énfasis en reducir deudas y cubrir gastos esenciales, reflejando desafíos persistentes en el poder adquisitivo pese a mejoras macroeconómicas”. La tendencia coincide con encuestas previas que ya mostraban un uso del aguinaldo como herramienta para llegar a fin de mes, sobre todo en la clase media.

El retroceso del consumo asociado al disfrute también resulta evidente. Las vacaciones caen del 26% al 19%, mientras que la inversión en acciones baja del 23% al 19%, un corrimiento que refleja menor margen para planificar gastos no urgentes. El informe interpreta este comportamiento como una señal de cautela, ligada tanto a la incertidumbre de ingresos como a un cierre de año con salarios estabilizados pero ajustados frente a los costos cotidianos.

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En paralelo, las opciones tradicionales de resguardo pierden protagonismo. La compra de dólares desciende del 16% al 12%, lo que sugiere menor urgencia por dolarizarse en un escenario de tipo de cambio más contenido. También retroceden el plazo fijo (del 3% al 2%) y el stockeo en supermercados (del 2% al 1%), prácticas habituales en contextos de alta inflación. Di Pace lo explicó con claridad: “Que el stockeo en supermercado caiga al 1% y el plazo fijo se quede en solo 2% es una señal clara de normalización”.

El informe vincula este comportamiento con tasas de interés reales negativas y una inflación esperada más baja, lo que desalienta tanto el acopio como el ahorro a corto plazo. En ese marco, las billeteras digitales se mantienen estables en 7%, funcionando más como canal operativo que como estrategia de resguardo. El aguinaldo, lejos de “sobrar”, se administra con lógica de supervivencia financiera.

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El diagnóstico se completa con datos oficiales que refuerzan la presión sobre los ingresos. Encuestas del INDEC muestran que el 37,4% de las familias utilizó ahorros para gastos cotidianos en 2025, una proporción que duplica registros históricos y evidencia una tensión persistente en los hogares medios y bajos. En ese escenario, el aguinaldo de diciembre, que debe abonarse antes del 18, funciona más como amortiguador que como impulso.

Para Di Pace, el mensaje es directo: “El salto de 13% a 29% en pago de deudas es el dato más elocuente del relevamiento: el aguinaldo dejó de ser un ‘extra’ para convertirse en el parche que muchas familias de clase media usarán para cerrar el mes”. Mientras los indicadores macro ordenan expectativas, la microeconomía doméstica sigue ajustada, y el aguinaldo confirma ese equilibrio frágil.