
Detectaron a un pesquero español dentro de la zona exclusiva y no fue sancionado
Actualidad22/12/2025
Sergio Bustos
En el marco de un operativo de vigilancia marítima denominado "Mare Nostrum VI", el patrullero oceánico ARA Almirante Storni detectó una incursión sospechosa dentro de la Zona Económica Exclusiva Argentina (ZEEA). La embarcación identificada fue el BP Fakir, un buque de tipo arrastrero de 53 metros de eslora perteneciente a la empresa española Freiremar. El procedimiento, que contó con el apoyo de una aeronave P-3 Orion de la Aviación Naval, se produjo cuando el pesquero navegaba a una velocidad mínima de entre 0.5 y 2 nudos en una posición que encendió las alarmas de las fuerzas de seguridad.


La detección se registró el pasado 4 de diciembre, en una franja horaria cercana a las 21:00 horas, cuando el patrullero argentino realizaba una navegación táctica en sigilo para sorprender a posibles infractores. Según los registros, el BP Fakir se encontraba dentro de aguas bajo jurisdicción argentina, a la altura de la milla 199, realizando maniobras que la Armada comunicó de inmediato a la Subsecretaría de Pesca de la Nación. A pesar de la proximidad del ARA Almirante Storni, el buque extranjero no realizó ninguna comunicación radial vía VHF con la central costera, un gesto que suele interpretarse como una falta de buena fe ante las autoridades.
Tras analizar el posicionamiento satelital provisto por el sistema AIS, la autoridad pesquera nacional resolvió desestimar la apertura de un sumario por pesca ilegal. El informe oficial sostuvo que los movimientos del buque eran compatibles con maniobras de alistamiento de artes de pesca y reposicionamiento, descartando que se hubieran realizado operaciones de captura efectivas. Esta conclusión técnica permitió que el pesquero de bandera española continuara su rumbo hacia el este, alejándose de la zona de exclusión sin haber recibido multas ni detenciones por parte del Estado argentino.
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La resolución generó un fuerte malestar en el sector productivo local, donde se denuncia un doble estándar por parte de la Dirección Nacional de Coordinación y Fiscalización Pesquera. Desde el ámbito pesquero nacional recordaron que cientos de buques de la flota fresquera argentina, principalmente marplatenses, sufrieron sanciones millonarias por episodios similares o incluso menores. Esta disparidad de criterios resulta difícil de comprender para los armadores locales, quienes consideran que la indulgencia aplicada con el buque extranjero contrasta con el rigor recaudatorio que se ejerce sobre las embarcaciones de bandera argentina.
El análisis de los especialistas indica que la legislación internacional sobre derechos del mar protege la libertad de navegación en la ZEE, ya que no se trata de mar territorial. Sin embargo, el comportamiento del Fakir, que navegaba a una velocidad de arrastre y sin emitir notificaciones de ingreso por refugio o avería, dejó margen para interpretaciones que fueron finalmente descartadas en los escritorios porteños. Los críticos de la medida sostienen que estas decisiones políticas relativizan el esfuerzo y el riesgo asumido por los hombres y mujeres de la Armada Argentina y la Prefectura Naval que custodian el Mar Argentino.
Un dato que no pasó desapercibido es que este tipo de embarcaciones suelen utilizar el puerto de Montevideo, en Uruguay, para reabastecerse de combustible e insumos antes de operar en el Atlántico Sur. Esta dinámica logística facilita que las flotas extranjeras de larga distancia mantengan su presencia en el límite exterior de la milla 200 durante largos periodos. La presión sobre los recursos biológicos de la plataforma argentina es constante, especialmente durante la zafra del calamar, cuando se llegan a contabilizar hasta 400 buques extranjeros operando en la zona adyacente a la jurisdicción nacional.
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El rol disuasivo de la operación "Mare Nostrum VI" es fundamental para proteger uno de los ecosistemas marinos más ricos del mundo frente a la presión de la pesca global. No obstante, cuando las detecciones in fraganti terminan en expedientes desestimados, se desdibuja el sentido de la vigilancia permanente en alta mar. La falta de una sanción ante la falta de comunicación radial y la velocidad sospechosa del BP Fakir es leída por el sector como un mensaje de debilidad institucional que podría incentivar nuevas incursiones en el futuro.
Las decisiones finales en estos casos suelen responder a ponderaciones de orden político que exceden lo estrictamente técnico-operativo de la navegación. Esta flexibilización en los niveles jerárquicos de la autoridad pesquera pone en debate la efectividad de los controles si no existe una voluntad posterior de castigar las transgresiones. La defensa de los intereses nacionales en el mar requiere de una coherencia absoluta entre el trabajo de las fuerzas de seguridad en el agua y las resoluciones administrativas que se firman en la capital.
Actualmente, el Mar Argentino enfrenta una de las etapas de mayor exposición del año por la presencia masiva de flotas de arrastre y poteros que buscan capturar recursos que luego migran hacia aguas internacionales. El episodio del pesquero español pone de manifiesto la complejidad de la soberanía marítima y los desafíos de implementar una política de control que sea igualitaria para todos los actores. Mientras tanto, la flota nacional aguarda que el mismo criterio de benevolencia aplicado al buque extranjero se replique en los expedientes que hoy castigan a los trabajadores argentinos.




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