EN CÓRDOBA ESTARÍAN CONSUMIENDO AGUA RADIACTIVA

Investigadores encuentran niveles de tritio 70 veces superiores a lo natural en el río Ctalamochita. La contaminación proviene de la Central Nuclear Embalse.

Actualidad 31 de diciembre de 2023 Christian Devia Christian Devia
Central Nuclear Embalse Río Tercero
Central Nuclear Embalse Río Tercero Imagen ilustrativa

En un hecho que debería resonar a nivel nacional pero que sorprendentemente se mantiene en la penumbra, un reciente informe científico confirma que parte de la población de Córdoba consume agua radiactiva procedente del río Ctalamochita. La investigación, liderada por el periodista y miembro del Movimiento Antinuclear de la República Argentina (MARA), Cristian Basualdo, y Silvana Buján de la Red Argentina de Periodismo Científico, revela concentraciones alarmantes de tritio, un isótopo radiactivo del hidrógeno, en el mencionado río.

Según el informe, el río Ctalamochita presenta una de las concentraciones más altas de tritio a nivel mundial, alcanzando valores 70 veces superiores al nivel natural típico. El tritio, isótopo radiactivo del hidrógeno, convierte al agua en una sustancia radiactiva, y su ingesta puede aumentar el riesgo de enfermedades como el cáncer y malformaciones congénitas.

Cristian Basualdo, destacado periodista y miembro de MARA, advierte sobre la magnitud del problema y su falta de visibilidad en comparación con otros temas ambientales: "La energía nuclear tiene un poder de lobby muy grande, más que el de los agroquímicos. Nadie habla del tritio, pero es mucho peor que el glifosato".

El estudio incluyó el análisis de tarariras, una especie representativa de la zona, revelando niveles de tritio ligado biológicamente 70 veces superiores al nivel natural. Este tipo de contaminación también se detectó en carbono-14, otro isótopo radiactivo, con valores casi un 50 por ciento superiores al nivel promedio natural.

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Para obtener estos resultados, los investigadores solicitaron el análisis a la Comisión de Investigación e Información Independientes sobre la Radiactividad en Francia. Basualdo explica que fueron los propios franceses a través de la red Sortir du Nucléaire quienes financiaron el análisis en un laboratorio del Reino Unido, ya que este tipo de evaluación no se realiza en Argentina.

Las reacciones no se hicieron esperar. Mientras el gerente de la Central Nuclear Embalse, ingeniero Juan Cantarelli, en diálogo con La Voz, minimiza la situación, calificando los valores como "insignificantes" y asegurando que no afectan la salud, la comunidad científica muestra escepticismo. Abel González, único experto de América Latina en la "Task Force" que asesoró al Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) en el caso de Fukushima, advierte sobre la necesidad de comprender mejor la protección contra el tritio, una información que aún se desconoce en gran medida.

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Silvana Buján, autora del libro "Energía Nuclear. Una historia de engaños, ocultamiento y abandono", destaca que la mayoría del tritio en la biósfera proviene de las emisiones de la industria nuclear. Además, señala que Nucleoeléctrica, la empresa estatal a cargo de la Central Nuclear Embalse, detectó tritio incluso en el agua de lluvia.

En 2018, Nucleoeléctrica reveló la presencia de 23,456 bequerelios por litro de agua en el canal de descarga de la Central Nuclear Embalse, superando ampliamente los 10,000 bequerelios aceptados para el agua potable por la Organización Mundial de la Salud (OMS). Localidades como Embalse evidencian el consumo de agua tritiada directamente de las canillas, exponiendo a la población a riesgos asociados con la ingesta de esta sustancia radiactiva.

El consumo de agua radiactiva en Córdoba, especialmente en la cuenca del río Ctalamochita, plantea una seria amenaza para la salud pública. A pesar de las afirmaciones de la Central Nuclear Embalse sobre la insignificancia de los valores detectados, la comunidad científica muestra preocupación y destaca la falta de información sobre la protección contra el tritio. El impacto en la población, la vida silvestre y la cadena alimentaria es motivo de debate, mientras el dilema ético intergeneracional de la energía nuclear se vuelve más evidente. Este informe subraya la importancia de la transparencia y el control riguroso de las actividades nucleares para proteger la salud y el medio ambiente.

Con información de Tiempo Argentino y La Voz del Interior

   

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