La nueva ruta Shanghai–Buenos Aires redefine tiempos de viaje y abre un corredor comercial clave

La apertura de la ruta operada por China Eastern Airlines entre Shanghái y Buenos Aires generó un movimiento inesperado en el comercio internacional y en la conectividad entre Sudamérica y Asia. El nuevo enlace, que combina un tramo directo y una escala técnica en Auckland, permitió achicar tiempos que antes parecían inmodificables y habilitó el ingreso de productos frescos al mercado chino sin perder calidad. La empresa destacó que este corredor conecta por primera vez a dos ciudades consideradas antípodas dentro de la aviación comercial.

El vuelo inaugural aterrizó el 4 de diciembre a las 16.44 en Ezeiza, tras recorrer 20.000 kilómetros en menos de 26 horas, un registro que fue presentado como récord mundial para una ruta comercial de un solo trayecto. La posibilidad de reducir casi cinco horas respecto de itinerarios tradicionales, que requerían conexiones en Europa o Norteamérica, marcó una diferencia inmediata para pasajeros y operadores logísticos. En este caso, la escala en Nueva Zelanda reemplaza recorridos mucho más extensos y evita cambios de avión.

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La reducción de tiempos permitió concretar un traslado que en otras épocas resultaba inviable: 2,1 toneladas de cerezas argentinas, provenientes del productor Extraberries, están programadas para llegar frescas a China gracias a la disponibilidad de una cadena de frío continua. A esto se suman 10,5 toneladas de salmón chileno de Blumar, que ahora pueden arribar sin procesos de congelado. La empresa señaló que esta combinación representa un salto cualitativo para sectores exportadores que necesitaban un esquema de transporte más eficiente.

La ruta también abrió un flujo de viaje que generó sorpresa entre los pasajeros por la rapidez del trayecto. Muchos destacaron la posibilidad de llegar a Argentina en un día desde el otro lado del mundo. La ocupación del vuelo inaugural alcanzó el 96%, dato que las autoridades consideraron un indicador de interés en el nuevo enlace. La conectividad recién estrenada habilita un circuito logístico que abarca tres mercados: China, Nueva Zelanda y Argentina, con foco en productos agrícolas de alto valor agregado y equipos especializados.

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Entre los testimonios del vuelo inaugural, un pasajero argentino identificado como Emilio valoró la proyección comercial que ofrece este corredor. Una pasajera china, la señora Dai, afirmó que “la disposición de la gente a viajar ha aumentado”, una frase que resume el entusiasmo de quienes ven en este enlace una puerta hacia nuevas posibilidades turísticas y empresariales. Ambos comentarios fueron difundidos por la agencia Xinhua como parte del balance inicial del servicio.

La compañía ya firmó un acuerdo con Aerolíneas Argentinas para trabajar en código compartido y ampliar la red global mediante más de cincuenta rutas asociadas. Esta cooperación tendrá impacto no solo en pasajeros sino también en operadores comerciales, que contarán con una estructura de vuelos más integrada. La proyección apunta a extender la colaboración hacia áreas como turismo, cultura y deportes, en un momento donde la movilidad internacional retoma dinamismo.

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El éxito del debut consolidó la expectativa por nuevas rutas que conecten Sudamérica con el mercado asiático. China Eastern Airlines anticipó que la expansión continuará a medida que crezca la demanda y se afiancen las operaciones. Para los gobiernos y el sector exportador, la posibilidad de transportar productos frescos en lapsos tan breves representa un atractivo central. El corredor aéreo Shanghai–Buenos Aires se posiciona así como un punto de partida para un esquema de intercambio más ágil.

Fuente: NA.