ACTIVISTAS ARROJAN SOPA SOBRE LA GIOCONDA EN EL LOUVRE

En un acto de protesta en el Museo del Louvre, dos activistas francesas pertenecientes al colectivo Riposte Alimentaire arrojaron sopa sobre la icónica obra "La Gioconda" de Leonardo da Vinci. Alegan que la acción es parte de una "campaña de resistencia civil" destinada a destacar la crisis alimentaria en Francia.

El dilema entre arte y necesidades básicas

Durante el incidente, una de las activistas cuestionó el dilema entre preservar el arte y garantizar el derecho a una alimentación adecuada. Gritó: "¿Qué es lo más importante? ¿El arte o el derecho a una alimentación sana y duradera? Nuestro sistema agrícola está enfermo".

El grupo Riposte Alimentaire justificó la protesta argumentando que en Francia, una de cada tres personas se salta las comidas por falta de recursos, mientras que se desperdicia el 20% de los alimentos. Criticaron el modelo alimentario que estigmatiza a los más vulnerables y no respeta el derecho fundamental a la alimentación.

NUEVO ATAQUE A OBRA DE ARTE POR UN RECLAMO AMBIENTAL

Reacciones y medidas de seguridad

Después del incidente, los empleados del Louvre colocaron biombos frente a "La Gioconda" para impedir que los asistentes tomaran más imágenes de las activistas. La ministra francesa de Cultura, Rachida Dati, condenó la acción, afirmando que ninguna causa justificaría dañar la obra. Cabe destacar que "La Gioconda" ha sido objeto de actos vandálicos en el pasado, pero se ha preservado gracias a medidas de seguridad.

La acción se enmarca en las recientes protestas agrícolas en Francia, donde los agricultores exigen medidas gubernamentales para abordar los bajos precios ofrecidos por los distribuidores. El grupo Riposte Alimentaire señala que la situación fuerza a los agricultores a vender con pérdidas, lo que ha llevado a una serie de tragedias documentadas por la Mutua Social Agrícola.

Historial de ataques a "La Gioconda"

"La Gioconda" ha sido objeto de varios actos vandálicos a lo largo de los años, incluidos lanzamientos de piedras, tazas y pintura. Sin embargo, las medidas de seguridad, como el cristal antibalas, han protegido en gran medida la obra maestra. La acción más notable fue el robo en 1911, cuando un empleado del museo intentó llevarse la pintura, pero fue recuperada dos años después.