INDUMENTARIA: EL 50% DEL PRECIO SE VA EN IMPUESTOS

La Fundación Pro Tejer advierte que más del 50% del precio de una prenda en los shoppings corresponde a impuestos. “El problema es comerciar”.

Actualidad09/10/2024Sergio BustosSergio Bustos
indumentaria
Altos impuestos a la indumentaria.

Los empresarios textiles argentinos señalaron que los altos impuestos y los costos en la cadena de comercialización impulsan los precios de la ropa. Más del 50% del precio de una remera de primera marca en un shopping corresponde a impuestos. Así lo indicó un informe presentado por la Fundación Pro Tejer.

Durante la conferencia de prensa, Luciano Galfione, presidente de Pro Tejer, explicó la situación. "El problema en Argentina no es producir, es comerciar", afirmó Galfione. La estructura fiscal del país es uno de los principales obstáculos para la industria.

Según el informe, entre 2016 y la actualidad, la vestimenta ha aumentado menos que la inflación general. Sin embargo, el alto componente fiscal sigue empujando los precios al alza. Este dato generó un intenso debate en el sector textil.

El informe detalla que el 50,3% del precio de una remera corresponde a impuestos. Además, el 12,2% se destina a costos financieros y el 12,7% a alquileres. Los costos logísticos representan un 9%, mientras que solo el 8,5% es el precio de fábrica.

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Los empresarios textiles señalaron que la cadena de valor del sector es más extensa que en otras industrias. La cadena textil puede tener hasta 9 eslabones, cada uno recargando impuestos. Esto provoca un incremento constante en el precio final del producto.

El impuesto en cascada, conocido como Ingresos Brutos, es uno de los más criticados. Cada provincia cobra este impuesto en cada etapa de transformación del producto. A diferencia del IVA, el impuesto se paga en cada fase de la cadena de valor.

Los costos financieros también son elevados. El 12,2% del precio final corresponde a los intereses y costos derivados del financiamiento. Este factor, sumado a los impuestos, crea una barrera difícil de superar para los empresarios.

Marco Meloni, vicepresidente de Pro Tejer, coincidió con Galfione. "La importación no resuelve el problema de los precios, lo agrava", afirmó Meloni. En los últimos años, las importaciones crecieron, pero los precios no disminuyeron.

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El estudio de Pro Tejer refuta un informe de la Fundación Fundar. Fundar sostiene que la ropa en Argentina es un 30% más cara que en otros países de la región. Pro Tejer argumenta que los impuestos y los costos locales explican esta diferencia.

Jorge Sorabilla, secretario de Pro Tejer, también participó en la conferencia. "El poder de compra de los salarios es lo que disciplina los precios", dijo Sorabilla. Según el directivo, la clave está en mejorar el ingreso de los trabajadores.

La comparación con otros períodos es reveladora. Entre 2016 y 2019, la inflación general fue del 183%, mientras que la ropa subió un 136%. En el período actual, la indumentaria aumentó a un ritmo más acelerado que la inflación.

Luciana Knorre, economista de Pro Tejer, explicó las razones de esta tendencia. "Los costos fiscales y financieros son determinantes en el precio final", aseguró Knorre. La economista sostuvo que el problema no es la producción, sino la comercialización.

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El mercado interno enfrenta múltiples dificultades. Las cargas fiscales afectan no solo al precio final, sino también a la competitividad del sector. Los empresarios pidieron al Gobierno revisar esta estructura impositiva.

Priscila Makari, directora ejecutiva de Pro Tejer, agregó que los costos de logística también impactan en los precios. "El transporte y la distribución son otros factores que elevan el precio de la ropa", dijo Makari. La directora sugirió una revisión del sistema logístico nacional.

La Fundación Pro Tejer propuso una serie de reformas. Los empresarios pidieron una revisión de los impuestos y una mejora en los costos financieros. Estas medidas permitirían una reducción en el precio de las prendas.

La conferencia concluyó con un llamado a las autoridades. Los empresarios solicitaron al Gobierno que escuche sus demandas y tome medidas para aliviar la presión fiscal. La competitividad del sector textil está en juego.

   

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