


En la primera jornada sin cepo cambiario, el mercado financiero argentino vivió un giro inesperado: el valor del USDT, principal stablecoin del ecosistema cripto, se desplomó y cotizó por debajo del dólar oficial y del blue.
Esta situación, inédita desde la implementación de restricciones cambiarias en 2019, refleja una reacción inmediata de los ahorristas y operadores ante el nuevo régimen que permite el libre acceso al mercado de divisas. El impacto también se extendió al dólar bitcoin y a otras cotizaciones alternativas que tradicionalmente operaban por encima de los valores oficiales.
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Durante la mañana del lunes, el Tether (USDT) llegó a negociarse a 1.074,69 pesos, mientras que el dólar oficial osciló cerca de los 1.190 pesos y el blue alcanzó los 1.305 pesos.
La caída del 5% en la cotización del dólar cripto fue atribuida a un fuerte aumento en la oferta de quienes buscaron liquidar sus posiciones ante la nueva disponibilidad de acceso a divisas tradicionales. En exchanges como Bitso, el panel de órdenes mostró un fuerte desbalance entre compradores y vendedores, con más de 400 mil dólares ofrecidos frente a apenas 20 mil en posiciones de compra.
Este comportamiento evidencia un cambio radical en las expectativas. Hasta hace apenas unos días, las stablecoins como USDT funcionaban como una vía alternativa y casi obligada para dolarizarse en un contexto de restricciones oficiales.
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Ahora, con la eliminación del cupo de 200 dólares mensuales, la desaparición de las trabas operativas y una mayor previsibilidad cambiaria anunciada por el ministro Luis Caputo, los incentivos para adquirir criptomonedas como cobertura parecen haber desaparecido.
Julián Colombo, CEO de Bitso Argentina, explicó que el mercado está atravesando una fase de volatilidad marcada por decisiones que combinan preocupación y especulación. Algunos usuarios, desconfiando de la estabilidad del nuevo esquema, buscan refugio inmediato en el dólar digital, mientras otros intentan aprovechar la diferencia de cotizaciones para obtener ganancias rápidas. Este escenario mixto genera tensiones en las plataformas, donde los precios fluctúan con rapidez y los volúmenes crecen.
Además del USDT, el llamado dólar bitcoin también registró una caída del 4%, ubicándose en torno a los 1.360 pesos, una cifra que lo deja por debajo incluso del dólar blue. Este dato refuerza la idea de que el mercado cripto se está viendo desplazado por un contexto financiero más flexible, donde ya no resulta indispensable recurrir a mecanismos paralelos.
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El respaldo político y económico del nuevo esquema, que incluye bandas cambiarias entre 1.000 y 1.400 pesos y apoyo explícito del Fondo Monetario Internacional, parece estar teniendo un efecto directo en la percepción de riesgo.
Uno de los factores clave para entender esta reacción es la acumulación de reservas. Según cifras oficiales, el gobierno nacional proyecta contar con más de 28 mil millones de dólares, incluidos 20 mil millones correspondientes a líneas de financiamiento del FMI. Esta solidez en el frente externo fortalece la imagen del peso y reduce la urgencia de los ahorristas por migrar hacia monedas digitales. En este nuevo escenario, el dólar físico recupera atractivo, y las stablecoins pierden su rol de refugio seguro.
El movimiento también tiene consecuencias para el ecosistema cripto local. Muchas de las operaciones de pequeños y medianos ahorristas se sostenían sobre la lógica del arbitraje entre distintos tipos de cambio, algo que se debilita drásticamente cuando los precios convergen. Las plataformas ahora deberán readecuar su estrategia, quizás enfocándose más en servicios financieros complementarios que en la simple compra y venta de activos digitales. Esto abre un nuevo capítulo para el sector, que se verá obligado a diversificarse si quiere mantenerse competitivo.
Fuente: M1







