


A través del Decreto 286/2025, se formalizó el inicio del proceso de privatización. La separación de bienes y actividades de cada unidad de negocio permitirá su venta ordenada. El objetivo es que el sector privado gestione áreas estratégicas con mayor eficiencia.
La primera etapa autoriza la venta de la participación estatal en Transener. La operación se realizará mediante concurso público nacional e internacional. "Buscamos atraer inversores con experiencia y capacidad de inversión", indicaron fuentes oficiales.
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ENARSA dependió durante años de millonarias transferencias del Tesoro. A pesar de los recursos, no logró mejorar la calidad del servicio ni la eficiencia administrativa. El gobierno considera que el modelo actual es insostenible.
La privatización apunta a ordenar el funcionamiento del Estado. La gestión de activos estratégicos quedará en manos privadas. Se espera una mejora del servicio, precios competitivos y más inversiones en infraestructura.
"El sector privado es el motor natural de la inversión, el empleo y la innovación", destacaron desde la Casa Rosada. Sostienen que liberar al Estado de estas funciones le permitirá concentrarse en organizar y regular. El objetivo es garantizar un sistema energético confiable y sostenible.
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La venta de las acciones en CITELEC es solo el primer paso. Posteriormente, se analizará el futuro de otros activos de ENARSA. La intención es completar la privatización total en etapas sucesivas.
Fuentes oficiales aseguraron que el proceso será transparente y competitivo. Se respetarán los principios de publicidad e igualdad de condiciones para todos los oferentes. "Queremos que ganen los mejores proyectos, no los amigos del poder", enfatizaron.
Transener es clave para el sistema de transmisión eléctrica del país. Opera más de 14.000 kilómetros de líneas de alta tensión. Su buen funcionamiento es vital para garantizar el suministro eléctrico en todo el territorio.
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La decisión genera posiciones encontradas en el ámbito político y social. Algunos sectores consideran que se pierde soberanía sobre áreas sensibles. Otros apoyan la iniciativa como una medida necesaria para modernizar la matriz energética.
El gobierno reafirma que el Estado no abandonará su rol de regulador. Supervisará la calidad del servicio y garantizará tarifas justas. El equilibrio entre inversión privada y control estatal será el eje del nuevo esquema.
La privatización de ENARSA marca un cambio profundo en la política energética nacional. El proceso de venta se iniciará en las próximas semanas. "Argentina necesita un Estado más ágil y un sector privado más dinámico", concluyeron voceros oficiales.
Fuente: Ámbito Financiero







