“No podemos ser cómplices del silencio”: Facundo Moreyra reclamó transparencia en el PJ Chubut

Facundo Moreyra, congresal provincial del Partido Justicialista por el Departamento Biedma, exigió que se convoque de forma urgente al Congreso Provincial del PJ Chubut. Lo hizo mediante una presentación formal que remitió al presidente del cuerpo, en respuesta a la decisión nacional que suspendió las elecciones primarias. El dirigente fundamentó su planteo en la necesidad de evitar mecanismos verticalistas para la designación de candidaturas, y en cambio habilitar un debate amplio y representativo que respete los principios democráticos de la Carta Orgánica del partido.

“El Congreso Provincial es el órgano soberano del partido. Debe ser convocado de inmediato para garantizar una selección de candidaturas transparente”, sostuvo Moreyra. La suspensión de las PASO, establecida por la Ley 27.783 y ratificada por la Acordada 37/2025 de la Cámara Nacional Electoral, generó una situación excepcional que, según explicó el congresal, no puede ser aprovechada para eludir los procesos internos tradicionales. En ese marco, el dirigente planteó que cualquier intento de avanzar con listas cerradas desde la cúpula partidaria implicaría una grave falta institucional.

La Carta Orgánica del Partido Justicialista contempla mecanismos de emergencia para situaciones como esta, pero Moreyra advirtió que no deben usarse de forma abusiva. “El artículo 69 es una válvula de emergencia, no una puerta para eludir los procesos democráticos internos”, remarcó. Ese artículo faculta a la Mesa Ejecutiva para nominar candidatos solo en circunstancias de fuerza mayor, pero el congresal señaló que debe existir control político y rendición de cuentas para preservar la legitimidad de las decisiones.

En su presentación, Moreyra también alertó sobre el riesgo de que se impongan nombres sin debate ni consulta a los representantes territoriales. Señaló que eso iría en contra de la historia partidaria, del compromiso con los afiliados y de los principios básicos de participación. “No se puede avanzar en la designación de candidatos sin el debate y la participación de los cuerpos representativos del partido”, expresó.

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El dirigente de Biedma consideró que sería oportuno notificar de esta situación al Juzgado Federal con competencia electoral. Explicó que, más allá del debate político interno, es necesario asegurar que toda resolución del partido cumpla con el deber de transparencia, garantice la publicidad de las reglas y respete los derechos de participación de las minorías. En ese sentido, resaltó que las instituciones partidarias no pueden actuar como estructuras cerradas y autorreferenciales, sino como espacios que reflejen la diversidad del justicialismo.

“Defender la democracia interna no es solo una cuestión jurídica, sino un acto de responsabilidad política”, enfatizó. Para Moreyra, los dirigentes que representan a las bases tienen la obligación de alzar la voz cuando se vulneran las normas y se pretende imponer decisiones sin debate. Consideró que el silencio institucional puede convertirse en complicidad frente a maniobras que excluyen a la militancia, y llamó a actuar con firmeza para evitar retrocesos democráticos.

El pedido de Moreyra reavivó las tensiones internas del justicialismo chubutense, que desde hace meses discute su futuro político tras las derrotas electorales recientes. En ese contexto, su reclamo expone una fractura entre los sectores que buscan sostener el debate y la representación colectiva, y los que impulsan una lógica más centralizada de toma de decisiones. La suspensión de las PASO reconfiguró el escenario político y obliga a los partidos a resolver sus candidaturas por otras vías, lo que aumenta la presión interna y deja al descubierto diferencias históricas.

Según trascendió, otras figuras del partido comparten el diagnóstico de Moreyra, aunque todavía no se expresaron públicamente. Existe malestar en distintas líneas internas por la posibilidad de que se designen candidatos “a dedo” sin pasar por el Congreso. Para muchos dirigentes, ese camino no solo es ilegítimo, sino también electoralmente riesgoso. La falta de consensos podría derivar en fracturas o en candidaturas paralelas, debilitando al peronismo en la provincia.

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“No podemos ser cómplices del silencio institucional ni de maniobras que excluyan a la militancia”, concluyó Moreyra. Esa frase sintetiza el eje de su reclamo: no solo se trata de respetar la legalidad, sino de cuidar la identidad política y el vínculo con la base afiliada. En su visión, el Congreso Provincial es el espacio natural para canalizar las diferencias, construir consensos y garantizar la unidad desde abajo.

La intervención de Moreyra obliga al Partido Justicialista del Chubut a dar una respuesta inmediata. Si no se convoca al Congreso en el corto plazo, la situación podría derivar en presentaciones judiciales, pronunciamientos públicos o incluso renuncias dentro del órgano partidario. Varios congresales habrían manifestado su apoyo informal al planteo, y se espera que en los próximos días otros se sumen con notas similares.

Desde la conducción partidaria todavía no hubo definiciones concretas. Algunos dirigentes habrían evaluado postergar la convocatoria hasta tener mayor claridad sobre el escenario electoral nacional. Sin embargo, esa postura es rechazada por quienes consideran que “no puede haber especulación cuando está en juego la institucionalidad interna del partido”. El debate, entonces, no solo es técnico, sino profundamente político.

El caso también marca un precedente relevante para otros distritos del país. En distintas provincias, los partidos atraviesan tensiones similares ante la falta de primarias. La forma en que Chubut resuelva esta situación podría servir de ejemplo o advertencia para otros contextos. Por eso, el reclamo de Moreyra adquiere dimensión nacional dentro del justicialismo.

La militancia observa con atención. Las bases partidarias reclaman espacios de participación real y esperan que los dirigentes no se encierren en discusiones burocráticas. Muchos afiliados sienten que el partido se aleja de su esencia si las decisiones se toman en una mesa chica. En ese marco, la convocatoria al Congreso Provincial aparece como una herramienta clave para recuperar legitimidad y representación.

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También hay una lectura generacional. Dirigentes jóvenes ven en este conflicto una oportunidad para abrir el partido, renovar liderazgos y discutir estrategias electorales con mayor horizontalidad. La demanda de transparencia no es nueva, pero se volvió urgente ante la coyuntura inédita. La suspensión de las PASO no debe convertirse en una excusa para cerrar el debate, sino en un desafío para fortalecer la institucionalidad.

El pedido de Moreyra revela que la crisis partidaria también puede ser una oportunidad política. Si el Congreso Provincial se reúne, el PJ podrá definir sus candidaturas con legitimidad y proyección. Pero si se impone el silencio, las consecuencias podrían ser graves tanto para la unidad interna como para el resultado electoral. La pelota está en la cancha de la conducción partidaria.

A medida que se acerca el cronograma nacional, los tiempos se aceleran. La convocatoria al Congreso podría zanjar el conflicto, pero requerirá voluntad política y apertura al diálogo.