
Más de 400 mil familias afectadas por el frío extremo que golpea a Bolivia
Actualidad09/07/2025

Bolivia atraviesa un invierno implacable, con heladas que ya dejaron a más de 400.000 familias afectadas, comunidades aisladas, pérdidas agrícolas masivas y la muerte de dos menores por hipotermia. El impacto es tan profundo que 92 municipios fueron declarados en desastre natural y otros 12 en emergencia, de acuerdo a los últimos informes oficiales. La situación crítica, según explicaron las autoridades, no encuentra todavía un techo, ya que las bajas temperaturas persistirán durante todo julio, con registros extremos en zonas del altiplano y regiones fronterizas.
"Tenemos 92 municipios declarados en desastre, 12 en emergencia, 3.499 comunidades afectadas y alrededor de 400.000 familias, entre damnificadas y afectadas", afirmó el viceministro de Defensa Civil, Juan Carlos Calvimontes, al trazar un diagnóstico general de la catástrofe. La magnitud del fenómeno obligó al gobierno a activar protocolos de asistencia junto a municipios y gobernaciones, en un intento por contener una emergencia que golpea con dureza a las poblaciones más vulnerables del país.
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El frío extremo impactó especialmente en los departamentos de Chuquisaca, Cochabamba, La Paz, Oruro, Potosí y Tarija, zonas que combinan altitud elevada, infraestructura limitada y alta dependencia de la producción agrícola. En Tarija, el gobierno provincial declaró el desastre departamental, mientras que Potosí se encuentra bajo estado de emergencia. En varias localidades, las temperaturas mínimas alcanzaron valores que oscilaron entre los -14°C y los -24°C, agravando la situación sanitaria y alimentaria de las zonas rurales.
En el municipio de Mizque, en el Cono Sur de Cochabamba, 18 comunidades reportaron pérdidas significativas en cultivos de papa, haba y maíz, lo que compromete no solo el sustento inmediato de las familias campesinas, sino también el abastecimiento regional. En Potosí, el panorama no es más alentador. Allí, las heladas arrasaron sembradíos enteros y afectaron el ganado, empujando a decenas de familias a pedir auxilio urgente. Los productores aseguran que no hay memoria reciente de un invierno tan destructivo.
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El fenómeno climático también expuso la precariedad de la infraestructura sanitaria y educativa en vastos sectores del país, donde cientos de escuelas y centros de salud no cuentan con calefacción ni abrigo suficiente para atender a la población. Las muertes por hipotermia de dos menores activaron las alertas en todo el sistema de salud pública, mientras el Servicio Nacional de Meteorología e Hidrología (Senamhi) anunció nuevos descensos de temperatura para las próximas semanas, particularmente en la región occidental.
Las autoridades intentan sostener una respuesta coordinada con Defensa Civil, que ya distribuye insumos básicos como abrigo, alimentos, medicamentos y forraje para animales. Sin embargo, las distancias, la falta de rutas accesibles y la magnitud del evento dificultan la llegada de la ayuda. Calvimontes aseguró que se están articulando nuevos operativos para las zonas más aisladas, pero reconoció que la situación “puede empeorar si persisten las condiciones meteorológicas actuales”.
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En paralelo, se multiplican los pedidos de asistencia internacional y de colaboración de organizaciones no gubernamentales que operan en el interior del país. Algunos intendentes reclamaron más fondos, vehículos y presencia del gobierno central para poder atender lo urgente. Mientras tanto, miles de familias intentan resistir el frío con lo que tienen: plásticos, fogones improvisados y mantas comunitarias. “Lo que necesitamos no es solo ayuda inmediata, también soluciones para que no vuelva a pasar”, expresó un dirigente campesino de Oruro.
Fuente: NA.








