Paro total en la flota langostinera: desarman más de 100 buques por conflicto con el SOMU

Actualidad26/07/2025Sergio BustosSergio Bustos
Langostino
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La flota tangonera no sale al mar y el conflicto se agrava. Las empresas pesqueras que operan buques congeladores comenzaron a desarmar sus barcos ante la imposibilidad de acordar con el Sindicato de Obreros Marítimos Unidos (SOMU), que mantiene una postura inflexible y bloquea cualquier posibilidad de embarque.

La firma San Isidro, con base en Puerto Madryn, ya envió de regreso a sus tripulaciones luego de intentar sin éxito iniciar la temporada en aguas nacionales. “No nos dejaron otra opción que desarmar los barcos y mandar a los marineros a sus casas”, explicaron desde la compañía.

Las embarcaciones estaban listas en Zárate. Incluso algunos capitanes y conductores navales se ofrecieron a salir a realizar mareas. También hubo marineros dispuestos a firmar, pero la presión del sindicato abortó cualquier intento de zarpe.

“El SOMU no permite que los trabajadores embarquen aunque quieran hacerlo”, denuncian los armadores. Las amenazas y actos intimidatorios contra quienes manifestaron voluntad de firmar figuran en varias actas ante la Secretaría de Trabajo.

En ese contexto, las empresas anticiparon que solicitarán al Consejo Federal Pesquero (CFP) que exima a los buques de salir a pescar para no perder los permisos. El planteo apunta a que se justifique la inactividad por la situación extraordinaria provocada por el conflicto sindical.


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La Ley Federal de Pesca, en su artículo 28, impone un límite de 180 días de inactividad comercial para mantener vigentes los permisos. Sin embargo, los empresarios entienden que la negativa del SOMU constituye un impedimento insalvable.

Según informaron fuentes del sector, más de un centenar de barcos congeladores ya fueron desarmados o entraron en proceso de baja operativa. Las pérdidas son millonarias y afectan tanto al sector privado como a los trabajadores que sí quieren embarcar.

“No hay posibilidad real de acuerdo mientras el sindicato mantenga esta postura cerrada”, indicaron voceros empresariales. En la última audiencia ante Trabajo, el SOMU rechazó todas las propuestas sin aceptar alternativas.

El gremio sostiene su línea dura sin habilitar excepciones. Mientras tanto, los marineros que expresaron voluntad de trabajar siguen sin respuesta. “Nos aprietan para que no firmemos. Queremos laburar, pero no nos dejan”, aseguró uno de ellos.

En paralelo, el Gobierno nacional ya tomó nota del conflicto. La ministra de Capital Humano, Sandra Pettovello, reunió ayer a su equipo con autoridades de Pesca y del Consejo Federal Pesquero. El reclamo empresarial será analizado en la próxima sesión del CFP.


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Desde el Ejecutivo buscan evitar una crisis mayor. Las cámaras empresarias insisten en que la inactividad no es voluntaria, sino forzada por el accionar gremial. La situación impacta de lleno en una de las actividades económicas más relevantes del país.

El futuro inmediato es incierto. Sin acuerdo ni cambios en la postura del SOMU, las empresas ya no apuestan a la temporada. El pedido formal de justificación de inactividad será clave para preservar los permisos y evitar un colapso administrativo.

“No podemos trabajar ni mantener los barcos parados eternamente. O nos habilitan la excepción o se pierde todo”, advirtió un armador desde Madryn.

El conflicto golpea fuerte al corazón de la industria pesquera. La temporada de langostino, que debía estar en pleno ritmo, quedó suspendida por una interna sindical que paraliza puertos y vacía barcos.

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