

La emblemática empresa Mauro Sergio atraviesa una crisis que refleja el retroceso generalizado de la industria textil en la Argentina. La firma marplatense Textilana S.A., dueña de la marca, despidió a 150 empleados y redujo su nivel de producción en un 20%. La decisión generó preocupación en todo el sector por el impacto que puede tener en otras fábricas del país.


Los sindicatos denunciaron despidos sin indemnización y condiciones laborales cada vez más precarias. Según la Asociación Obrera Textil (AOTRA), más de 100 trabajadores aceptaron retiros forzados bajo presión ante salarios bajos y atrasos en los pagos. La planta pasó de tener 350 operarios a poco más de 200.
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Desde principios de año, ya cerraron 68 pequeñas y medianas empresas del rubro textil. El uso de la capacidad instalada cayó al 40% y se perdieron más de 4.000 empleos en todo el país, en un contexto marcado por el desplome del consumo interno y el avance de la indumentaria extranjera.
Entre enero y mayo, las importaciones de ropa crecieron un 136% y marcaron un récord histórico. Según la Federación Económica de la Provincia de Buenos Aires (FEBA), el país compró indumentaria por US$ 1.572 millones, con un valor promedio de US$ 5,67 por kilo, en muchos casos por debajo del costo de producción local.
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“Cuando se bajan aranceles, se premia a las fábricas extranjeras y se castiga a los trabajadores argentinos”, afirmó Hugo Benítez, titular de AOTRA. Para el dirigente gremial, la política comercial actual incentiva el cierre de fábricas en lugar de sostener el trabajo nacional.
La textil Mauro Sergio representa mucho más que una marca: su historia refleja décadas de producción local con integración completa. Fundada en los años 70, la firma pasó de producir hilados para terceros a fabricar prendas de principio a fin, consolidándose como símbolo del sector.
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Camilo Kahale, presidente de FEBA, advirtió que el daño podría ser irreversible. “La apertura indiscriminada está destruyendo nuestra capacidad de competir”, señaló. El informe de la Fundación ProTejer confirma que cinco de cada diez empresas del rubro tuvieron menos ventas en el primer trimestre de 2025.
El golpe también se siente en el conurbano bonaerense, donde buena parte de las máquinas industriales permanecen detenidas. Más del 40% del equipamiento en talleres y fábricas textiles no está en uso por falta de pedidos. Las condiciones empeoran semana a semana, sin medidas que apunten a revertir la tendencia.
Fuente: Diario Perfil


















