
El Guayra, el barco hotel que dejó un legado inigualable en Puerto Pirámides
Por Sergio Bustos
Mi Archivo17/08/2025
Sergio Bustos
El "Guayra", un barco fluvial convertido en un lujoso hotel flotante, tiene una historia llena de hitos memorables. Construido en 1930 en Escocia, se trataba de un buque de pasajeros de 56 metros de eslora y 11 de manga, con una velocidad de 13 nudos gracias a sus motores diesel Burmeister & Wain. Desde sus primeros días navegó por los ríos de Argentina, Paraguay y Brasil.



En su lanzamiento en 1930, el "Guayra" formó parte de la flota de la Compañía Argentina de Navegación Mihanovich Ltda. Su ruta principal conectaba Buenos Aires con Corrientes y Posadas, transportando pasajeros y mercancías. Su relevancia era notable en las décadas iniciales del siglo XX, marcando un precedente en el transporte fluvial.
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El buque pasó por varias administraciones: en 1942 fue adquirido por Dodero, en 1949 fue nacionalizado por el gobierno de Perón, y en 1951 se integró a la Flota Argentina de Navegación Fluvial. En 1958 fue administrado por la Empresa Flota Fluvial del Estado Argentino, y en los años 60 por Líneas Oceánicas Americanas.

En 1972, el empresario Secundino Álvarez lo compró junto a otro buque llamado "Victoria". En 1975, el "Guayra" fue trasladado a Puerto Pirámides, iniciando una nueva etapa en su historia como hotel flotante. Este traslado marcó un cambio significativo en su destino original.

Durante su tiempo en Puerto Pirámides, el "Guayra" fue sometido a modificaciones para adaptarse a su nueva función. Se construyó un piletón para mantenerlo fijo en su posición. La marea extraordinaria de aquel año facilitó su traslado definitivo, un evento que quedó grabado en la memoria de la comunidad local.
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En 1982, se inauguró como hotel flotante, un lujo inédito para la región. El "Guayra" podía albergar a 107 huéspedes en sus 63 camarotes, que ofrecían opciones de habitaciones simples, dobles, triples y cuádruples. Los detalles del diseño respetaron su estilo original de los años 30.

El barco incluía una pista de baile, salas de proyección de películas, confitería, boite, solarium y dos comedores. La antigua sala de máquinas se transformó en un espacio recreativo. La experiencia del hotel combinaba el lujo con la historia marítima. Los servicios itambién ofrecian clases de surf y surf a vela, además de un sistema de comunicaciones por BLU que conectaba varias ciudades como Trelew, Buenos Aires, Esquel y Bariloche. Los turistas también podían disfrutar de recorridos por la península, visitando lugares emblemáticos como Punta Norte y Caleta Valdés.

A pesar de sus atractivos, el "Guayra" enfrentaba limitaciones como la falta de luz eléctrica continua y la escasez de baños. Para solucionar esto, se instaló un generador que operaba durante las noches, lo que mejoró la comodidad de los huéspedes.

El 16 de mayo de 1984, un corto circuito en el generador desató un incendio que destruyó el hotel flotante. En esa época, el hotel estaba cerrado debido a la falta de turismo. Los vecinos intentaron apagar el fuego, pero la magnitud de las llamas superó sus esfuerzos.
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Los bomberos de Puerto Madryn llegaron al lugar, pero ya era demasiado tarde. El "Guayra" quedó reducido a cenizas, dejando un vacío en la comunidad. Hoy, solo quedan vestigios del playón que lo sostuvo en sus últimos años como hotel. El contramaestre Venancio Báez construyó una réplica del barco, perpetuando su memoria. Tripulantes como Vicente Arzamendia, Bernardo Florindo y Enrique García recordaron con afecto su tiempo en el "Guayra".

Vicente Arzamendia comenzó su carrera como "pela papas" a los 16 años y luego ascendió a ayudante de cocina. Más tarde se convirtió en marinero, timonel y baqueano. Su trayectoria refleja las historias de quienes trabajaron en el barco. El 3 de mayo de 1949, el "Guayra" encalló en Mboirusú tras una escala en Caraguatay. Este evento marcó el inicio de su eventual traslado a Buenos Aires, donde fue adquirido por Álvarez. El encallamiento y posterior recuperación fueron momentos cruciales en su historia.

En 2002, Arzamendia, Florindo y García se reunieron para conmemorar el aniversario de su encallamiento. Este encuentro destacó la importancia del "Guayra" en sus vidas y en la historia del transporte fluvial. El legado del "Guayra" perdura en la memoria colectiva. Su transformación de buque de pasajeros a hotel flotante es un ejemplo de adaptación y resiliencia. Aunque su historia terminó trágicamente, su impacto cultural y turístico sigue siendo recordado.

La conexión del "Guayra" con la región patagónica y sus aportes al turismo local fueron significativos. El barco simbolizó un puente entre el pasado y el presente, atrayendo a visitantes y generando desarrollo en Puerto Pirámides. Hoy, quienes visitan el lugar pueden imaginar su presencia y reflexionar sobre su historia. El "Guayra" no solo fue un medio de transporte o un hotel, sino también un testimonio de la creatividad y esfuerzo humano.
Su destrucción en 1984 marcó el fin de una era, pero también el inicio de su transformación en leyenda. Las huellas de su paso por Puerto Pirámides son un recordatorio de su época dorada y su legado en la historia marítima argentina.







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