La Unión Europea bloquea naranjas argentinas por la “mancha negra” y crece la alarma en el sector

El sector citrícola argentino expresó su preocupación tras el rechazo de cargas de naranja en puertos europeos por la supuesta presencia del hongo conocido como “mancha negra”. Exportadores aseguran que en varios casos las partidas tuvieron que ser destruidas o reexportadas sin que se comprobara la enfermedad, lo que disparó acusaciones de barrera comercial encubierta.

La mancha negra, cuyo nombre científico es Phyllosticta citricarpa, es un hongo superficial que no altera la calidad comestible de la fruta. Sin embargo, la Unión Europea la considera una plaga cuarentenaria y exige controles estrictos, en particular en España, el principal productor de limones del bloque.

“Es una fungosis de muy poca cuantía, no afecta la fruta ni a la planta. España lo utiliza como elemento regulador de la oferta”, sostuvo José Carbonell, presidente de Federcitrus. El dirigente recordó que el mismo inconveniente atraviesan países como Sudáfrica, que ya tuvo disputas con la UE en la Organización Mundial de Comercio.

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Las inspecciones más severas se registran en España, Portugal e Italia, mientras que mercados como Inglaterra, Bélgica y Países Bajos aceptan el ingreso de cítricos argentinos sin trabas adicionales. Desde el NOA ya hubo detecciones en cargamentos de limón, lo que condiciona a toda la campaña exportadora del país.

Roberto Varela, de la Cámara de Exportadores de Citrus del Nordeste, explicó que la sensibilidad española proviene del historial de casos con Sudáfrica. “Si detectan algo directamente no te lo dejan entrar: destruyen la carga”, afirmó. Recordó que las exportaciones sudafricanas son muy superiores a las argentinas, lo que acentúa la competencia.

La fungosis no viaja en la fruta, sino en partes vegetales como hojas y ramas, que no se exportan. Pese a ello, los inspectores europeos sostienen que el riesgo es alto y aplican la medida sin mostrar pruebas de laboratorio a los exportadores. “Ellos solo dicen: te lo encontramos, pero no tienen la obligación de mostrarte”, remarcaron desde el sector.

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El antecedente más grave se dio en 2020, cuando la UE cerró temporalmente su mercado a los cítricos argentinos. En aquel año, más de la mitad de las muestras tomadas no confirmaron la enfermedad, pero igual se bloquearon los ingresos.

Productores aplican tratamientos a campo, aunque reconocen que no son totalmente efectivos. El hongo puede desarrollarse durante el transporte, generando manchas sobre la piel de la fruta que no eran visibles en origen. “Podés mandar la fruta perfecta y que al llegar se desarrollen marcas por humedad y tiempo de viaje”, describieron desde el sector.

Las condiciones climáticas también influyen. Según técnicos, el aumento de humedad en plantaciones protegidas por cortinas de árboles habría favorecido la expansión del hongo en algunas zonas. Esto obliga a redoblar los controles, pero aun así la posibilidad de detección en destino sigue abierta.

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En el sector advierten que la medida de la UE impacta en un momento sensible para la citricultura argentina, que depende fuertemente de sus exportaciones. “No negamos que exista el problema, pero la forma en que lo aplican genera un obstáculo comercial disfrazado de medida sanitaria”, concluyó Carbonell.

Fuente: LA NACION.