
Francos defendió en Diputados el esquema de retenciones a la pesca y anticipó cambios
Actualidad29/08/2025
Sergio Bustos
Guillermo Francos se presentó en la Cámara de Diputados para brindar el Informe de Gestión N°144. Su exposición estuvo marcada por la tensión política que generan las denuncias por corrupción en la Agencia Nacional de Discapacidad y la crisis sanitaria por el fentanilo contaminado. Sin embargo, en medio de esos debates, la actividad pesquera también fue parte de las preguntas planteadas por los legisladores.


Uno de los reclamos apuntó directamente a los derechos de exportación. En la consulta, se advirtió que “la industria pesquera argentina atraviesa un escenario dramático con caída de precios internacionales, aumento de costos, rentas negativas y cierres de plantas procesadoras”. La descripción incluyó suspensiones y despidos que golpean a cientos de familias en ciudades como Puerto Madryn, Rawson, Comodoro Rivadavia y Mar del Plata.
Francos transmitió la postura del Ministerio de Economía. “Se continuarán disminuyendo y/o eliminando los impuestos distorsivos, entre ellos los derechos de exportación, y la pesca es uno de los productos en análisis”, afirmó el Jefe de Gabinete. Con esa frase buscó dar una señal de alivio a un sector que viene reclamando medidas urgentes para sostener la actividad.
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Aun así, la respuesta oficial marcó una diferencia entre el agro y la pesca. “El campo trabaja sobre un bien propio. La pesca es mayormente extractiva y depende de un recurso que pertenece a todos los argentinos”, remarcó el informe elevado por Agricultura, Ganadería y Pesca. El planteo generó inquietud en empresarios y sindicatos, que temen quedar relegados respecto de otras economías regionales.
El esquema de retenciones vigente desde noviembre de 2021 detalla un mosaico complejo. El langostino con valor agregado en envases de hasta un kilo paga 1%, mientras que en paquetes mayores tributa 3%. Las colas en cajas de hasta dos kilos abonan 3% y el langostino entero 6%. Para los bloques de más de dos kilos destinados a reprocesamiento en el exterior, la carga asciende al 9%.
En el caso de la merluza hubbsi, el filet congelado elaborado en tierra en envases menores a un kilo está exento, pero en envases más grandes tributa 3%. El calamar también muestra diferencias: las anillas están libres de retenciones, pero el tubo limpio en envases chicos paga 5%.
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Estos porcentajes, que a simple vista parecen menores, tienen un fuerte impacto en un mercado internacional deprimido. El desplome de los precios del langostino y la merluza, sumado al costo en dólares de los insumos, deja a muchas empresas en rojo. De allí los reclamos de empresarios y gremios para equiparar el tratamiento fiscal con el del agro.
En Chubut, la tensión se siente con fuerza. Plantas de procesamiento trabajan a media máquina y varias empresas aplicaron suspensiones. Los gremios advierten que la temporada de langostino puede ser la más floja de los últimos años si no hay medidas inmediatas. La respuesta de Francos fue leída como una promesa, pero también como una señal de que las soluciones aún están en evaluación.
El sector pesquero sostiene que no se trata de subsidios ni de beneficios adicionales, sino de condiciones que permitan competir en un mercado global que cambió drásticamente. Los próximos meses serán determinantes para saber si el Gobierno efectivamente avanza con la reducción o eliminación de retenciones, o si mantiene el esquema actual.
Mientras tanto, los productores y trabajadores de la pesca miran con expectativa los próximos pasos de la política económica. En ciudades como Puerto Madryn, cada punto porcentual en retenciones se traduce en empleos, salarios y movimiento económico local. El futuro del sector, dicen, depende de que la Casa Rosada pase de las promesas a las decisiones.
















