
Exportaciones pesqueras a Tailandia crecen y fortalecen el interés por el langostino patagónico
Actualidad17/09/2025
Sergio Bustos
La Secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca confirmó que el comercio pesquero entre Argentina y Tailandia atraviesa un momento de expansión. En 2024 se exportaron 18.097 toneladas de productos pesqueros, por un valor de 65,6 millones de dólares. Apenas seis meses después, en la primera mitad de 2025, los envíos ya treparon a 21.105 toneladas y 77,6 millones de dólares, lo que representa una participación del 6,9% en valor.


El salto exportador se explica por la demanda de calamar illex y langostino patagónico, especies que llegan a Tailandia para reproceso y posterior distribución en mercados internacionales. En poco más de un año, la participación de las ventas argentinas pasó del 3,3% al 6,9%, un avance que consolida a ese país asiático como destino relevante para la pesca local.
En este contexto, el embajador de Tailandia en Argentina, Krit Tankanarat, resaltó la calidad del langostino patagónico. Durante su visita a Chubut afirmó que existen condiciones para “incrementar los volúmenes actuales de exportación” y reforzar los vínculos con importadores de alimentos. El diplomático viajó acompañado de secretarios de la Embajada Real y participó de una agenda intensa de trabajo en Puerto Madryn.
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La presencia de la delegación tailandesa estuvo impulsada por la Cámara Industrial y de Comercio Exterior de Puerto Madryn y Región Patagonia (CIMA Patagonia), que organizó el seminario “Oportunidades de comercialización y acceso al mercado tailandés para la Patagonia”. La actividad se realizó en el marco del “Mes de la Industria” y convocó a empresarios locales interesados en expandir sus operaciones hacia Asia.
La comitiva visitó la planta pesquera Greciamar del Grupo San Isidro, proveedora de importadores tailandeses. Allí fueron recibidos por Sebastián de Haro y Juan Pablo Iglesias, quienes mostraron la cadena productiva del langostino y describieron la flota con la que operan. Los anfitriones destacaron la importancia de trabajar bajo parámetros de sustentabilidad y remarcaron que “la trazabilidad es una exigencia cada vez más firme en los mercados internacionales”.
El embajador se mostró interesado en conocer de cerca el proceso industrial, desde la captura hasta la exportación. La recorrida incluyó las áreas de fileteado, empaque y almacenamiento en frío, donde se exhibieron los estándares de calidad aplicados en cada etapa. “Desde que estoy en Argentina corroboré la calidad del langostino patagónico”, expresó Tankanarat, al señalar que esa reputación abre posibilidades de ampliar la cuota de exportaciones hacia Tailandia.
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Los directivos de Greciamar también remarcaron los avances en certificaciones internacionales. Explicaron que la industria pesquera de Chubut ya logró la certificación MSC para el langostino procesado en tierra y que se avanza para que ese reconocimiento alcance también a las capturas en aguas nacionales. Esa distinción, destacaron, refuerza la competitividad de los productos patagónicos en los mercados más exigentes.
El interés tailandés no es casual. Ese país es un actor de peso en el comercio global de alimentos y un hub clave para la distribución hacia otros destinos de Asia. Por eso, el fortalecimiento de la relación con la Patagonia aparece como una oportunidad para ampliar el alcance de la pesca argentina y generar un flujo comercial sostenido.
Los empresarios de Madryn coincidieron en que el encuentro abre un escenario favorable. CIMA Patagonia resaltó que la presencia del embajador y de sus secretarios “es una señal concreta del interés por afianzar lazos con la región”. Para los industriales, el desafío será sostener la calidad y cumplir con los requisitos de trazabilidad, certificaciones y sustentabilidad que demanda el mercado internacional.
El crecimiento de las exportaciones hacia Tailandia muestra cómo la pesca puede convertirse en un puente de vinculación económica con el sudeste asiático. Con más de 21.000 toneladas exportadas en medio año, el sector busca consolidar un espacio en la mesa global y aprovechar la reputación del langostino patagónico, un producto reconocido en el mundo por su sabor y calidad.
















