LOS ARGENTINOS QUIEREN MANTENER EL TRABAJO REMOTO
La mayoría prefiere modelos flexibles de trabajo desde sus casas y oficinas. Advierten que la presencialidad forzada puede ahuyentar talentos jóvenes.
En la Argentina actual, la oficina ya no representa lo que fue. Según una reciente encuesta de Adecco, el 60% de los empleados con modalidad híbrida renunciaría si su empresa los obligara a volver a trabajar todos los días de manera presencial. Más allá del ahorro en viáticos, esta decisión refleja un cambio de paradigma: la flexibilidad laboral se volvió un factor decisivo.
De hecho, el 71,9% de los consultados mencionó el costo del transporte como una barrera para asistir a diario, mientras que casi un 85% aseguró no recibir ningún tipo de cobertura para traslados. Sin embargo, el problema no es solo económico. Lo que está en juego es una nueva forma de entender el trabajo, centrada en la autonomía, la productividad por objetivos y la calidad de vida.
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Paradójicamente, el 68% de los encuestados sí va cinco veces a la semana a su lugar de trabajo, lo que demuestra que la presencialidad no está en discusión en sí misma, sino la obligatoriedad inflexible sin una propuesta de valor clara por parte de las empresas.
La tendencia global marca un retorno parcial a las oficinas, impulsado por corporaciones como Amazon, Goldman Sachs o JP Morgan, que han eliminado el teletrabajo o lo redujeron a un solo día por semana. Incluso el propio gobierno estadounidense, bajo la conducción de Donald Trump y con Elon Musk al frente del Departamento de Eficiencia Gubernamental, impuso desde enero la presencialidad de lunes a jueves para sus empleados públicos.
Pero la realidad argentina es distinta. Aquí, la modalidad híbrida es la más valorada, ya que combina concentración individual en casa con interacción social en la oficina. Según un informe conjunto de WeWork y Michael Page, el 55% elige ir a la oficina para colaborar con su equipo, y un 11% cree que allí es más productivo.
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“Las empresas que imponen la presencialidad sin estrategia están poniendo en riesgo a sus mejores talentos”, advirtió Leandro Cazorla, CEO de Adecco Argentina. La generación Z, que se incorporó al mercado laboral durante la pandemia, es especialmente resistente a perder los beneficios del home office. En las entrevistas, ya no solo preguntan por el sueldo o las vacaciones, sino también cuántos días deben ir a la oficina y dónde queda.
Romina Diepa, de WeWork Cono Sur, remarcó que los espacios laborales deben “promover el aprendizaje, la colaboración y la innovación” si quieren ser atractivos. Las empresas que comprendan esto serán las que logren retener talento en un entorno cada vez más competitivo.
Fuente: IProfesional