Crisis inesperada en Bolivia: el conflicto entre Rodrigo Paz y su vice que lo trató de "calaña"
Política23/11/2025
REDACCIÓN
Rodrigo Paz
La relación entre el presidente boliviano Rodrigo Paz y su vicepresidente Edman Lara ingresó en una etapa de máxima fricción apenas días después del cambio de mando. La secuencia de acusaciones, videos en redes sociales y cuestionamientos públicos del vice abrió un cuadro político que sorprende por la velocidad y la intensidad de la disputa. La situación ya genera repercusiones en países vecinos, donde se sigue de cerca el comportamiento de liderazgos emergentes y el aumento de tensiones institucionales en la región.
El punto más visible ocurrió cuando Lara afirmó en TikTok que “Rodrigo Paz se está rodeando de gente de la peor calaña”, lo que expuso la interna al plano internacional. La frase circuló en redes, medios y espacios diplomáticos de países limítrofes, donde la estabilidad boliviana es observada como un factor sensible en un contexto regional que combina elecciones recientes, nuevos liderazgos y controversias dentro de las coaliciones gobernantes.
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El vicepresidente cuestionó también su exclusión de la primera reunión de gabinete, señalando que, según su versión, solo lo habían convocado “para la foto”. Desde ese momento, la distancia entre ambos quedó expuesta. La ausencia de comunicación entre Paz y Lara se volvió parte del conflicto, que ahora incluye diferencias sobre designaciones ministeriales y el rumbo del Poder Ejecutivo.
Uno de los momentos que aceleró la crisis fue la disputa por el Ministerio de Justicia. Lara recomendó para ese cargo a su exabogado, Freddy Vidovic, pero la aparición de antecedentes judiciales generó objeciones internas. La instancia derivó en la eliminación del ministerio, una decisión que evidenció la falta de coordinación entre presidente y vice, y dejó instalada la discusión sobre quién influye realmente en el armado del gabinete.
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En paralelo, Lara anunció que su fuerza política presentará candidatos propios en las próximas elecciones subnacionales, lo que marca un distanciamiento explícito del partido del presidente. El gesto fue leído en la región como un anticipo de una fractura formal, con efectos sobre la gobernabilidad futura y los equilibrios parlamentarios.
Desde Brasil, donde participó de la COP 30, Lara volvió a criticar al presidente a través de videos que alcanzaron amplia viralización. “Me ha identificado como su enemigo, pero no lo soy”, sostuvo. La exposición digital del conflicto generó comparaciones inevitables con fenómenos políticos de Argentina, Chile y Perú, donde las redes se volvieron plataformas de confrontación interna, con efectos directos sobre la percepción pública de los gobiernos.
A su regreso a Bolivia, Lara sumó objeciones a nuevas designaciones, entre ellas la de Roberto Bustamante como viceministro de Deportes. Su comentario sobre la profesión del funcionario tensó aún más la agenda. Las críticas comenzaron a repercutir en movimientos juveniles y agrupaciones que hoy siguen atentamente el despliegue del vicepresidente, un actor que consolidó su presencia política a través de redes, transmisiones en vivo y denuncias mediáticas.
Fuente y foto: Diario Clarín
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