Weretilneck habló del vínculo con Pesatti y dijo que en enero podría retomarse el diálogo

El gobernador de Río Negro, Alberto Weretilneck, se refirió en público a su relación con el vicegobernador Pedro Pesatti y dejó abierta la posibilidad de un reencuentro político luego de varias semanas sin diálogo directo. El tema aparece en un momento sensible para Juntos Somos Río Negro (JSRN), con señales de tensión interna y discusiones sobre estrategia y armado. Sin precisar una reunión confirmada, el mandatario marcó un mes como ventana posible para sentarse a conversar.

Al ser consultado por el estado del vínculo, Weretilneck eligió una respuesta breve y directa, con una definición que apunta a descomprimir. “No hay ningún problema de volver al diálogo. No se ha dado por tiempo. Seguramente en enero se dará.” Con esa frase, dejó asentada su postura sobre la posibilidad de recomponer el trato, sin cargar el intercambio de reproches ni profundizar la disputa en el plano público.

La declaración se interpreta como el gesto más claro del gobernador en esta etapa, porque reconoce de manera explícita que el diálogo no se dio y propone un horizonte cercano. En la política provincial, la mención a enero también funciona como señal hacia adentro del oficialismo, donde la relación entre gobernador y vice tiene peso institucional y ordena alineamientos dentro del espacio. Aunque el conflicto no se detalló en esa intervención, el trasfondo se conoce por episodios que se acumularon en los últimos meses.

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Weretilneck y Pesatti comparten una trayectoria larga dentro del armado provincialista, con años de trabajo compartido en distintos roles de gestión. Esa historia común convive ahora con diferencias recientes que quedaron expuestas por decisiones políticas y por un clima interno que se volvió más áspero. En ese marco, el vínculo pasó de la coordinación habitual a una distancia marcada por pocos contactos directos.

El punto de fricción más visible se relaciona con la definición de candidaturas nacionales y con la forma en que JSRN ordenó su estrategia electoral. En ese proceso, Pesatti quedó fuera del armado de la lista para el Senado, y el vicegobernador expresó en distintas ocasiones su malestar por lo que interpretó como un desplazamiento político. Desde entonces, la distancia se sostuvo, con declaraciones que mostraron diferencias sobre el rumbo del espacio.

En sus últimas palabras, Weretilneck buscó enmarcar el tema como una situación que no requiere dramatización. Al explicar que el diálogo no se dio “por tiempo”, intentó correr el eje de una pelea abierta y llevarlo a un plano más administrable, sin reconocer una ruptura definitiva. Esa postura apunta a sostener gobernabilidad y a evitar que el conflicto se vuelva el centro de la agenda.

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Del lado de Pesatti, el planteo público giró en torno a su decepción por decisiones internas y por la orientación política adoptada por el oficialismo. Sin embargo, el texto también deja en claro que el vice no clausuró por completo la chance de recomponer el vínculo. En política, esa puerta entreabierta suele leerse como margen para negociar posiciones, roles y formas de funcionamiento hacia adelante.

La eventual reunión, si se concreta en enero, tendría un peso que excede lo personal. El vínculo entre gobernador y vice ordena parte del equilibrio del oficialismo, influye en el trabajo institucional y proyecta señales hacia el resto de la dirigencia del espacio. También puede incidir en la relación con intendentes, legisladores y actores territoriales que siguen con atención cómo se reacomoda JSRN.

Por ahora no hay precisiones sobre qué temas entrarían en una mesa de conversación ni qué alcance tendría ese diálogo. Tampoco se anunció una convocatoria formal, más allá de la frase del gobernador. El mes de enero, como fecha posible, queda así como la primera referencia concreta para medir si el distanciamiento empieza a aflojar o si se mantiene como una relación fría con contactos puntuales.