

PRODUCTOR AUDIOVISUAL COMBATIÓ EL FUEGO CON SU DRON EN EL BOLSÓN
Mariano Sylvester dejó de lado su profesión para asistir a bomberos y brigadistas con imágenes aéreas. Perdió un dron, pero siguió en la lucha.
Actualidad15/02/2025

El fuego seguía arrasando en El Bolsón. Brigadistas, vecinos y voluntarios hicieron lo imposible por contener las llamas. Entre ellos, Mariano Sylvester encontró una nueva misión. Desde hace dos semanas, su dron se convirtió en una herramienta clave para la lucha contra los incendios.
La primera vez que usó su equipo fue casi por instinto. Al ver la desesperación de los vecinos, decidió sobrevolar la zona para analizar el avance del fuego. El resultado fue inmediato. Las imágenes aéreas permitieron trazar estrategias más precisas para contener el fuego.
Desde ese día, su rutina cambió. Ya no se dedica a la producción audiovisual ni a su emprendimiento turístico. Su camioneta se convirtió en un centro de operaciones. Adaptó el vehículo con conexión de energía y una bomba de agua.
El tercer día en el incendio, ya estaba en la primera línea. Mientras manejaba el dron, otros voluntarios usaban su bomba para abastecer a los brigadistas. No tenía experiencia en incendios. Nunca había usado una motobomba ni trabajado con brigadas.
Aprendió sobre la marcha. “Lo hicimos todo en diez días mientras combatíamos el fuego”, relata. Una situación límite lo puso a prueba. Se vio atrapado entre llamas de 100 metros y no sabía cómo encender la bomba de agua.
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Logró salir con ayuda de otros voluntarios. La experiencia lo llevó a perfeccionar su equipo y su metodología de trabajo. Las imágenes del dron se volvieron vitales. Sirvieron para evaluar distancias, detectar focos y tomar decisiones estratégicas.
Un vuelo nocturno evitó una tragedia. El jefe de bomberos estaba a punto de ordenar la retirada cuando el dron mostró que aún había una ruta segura.
Gracias a ese dato, se reorganizó el operativo. Más refuerzos llegaron y lograron frenar el avance del fuego en la zona urbana.
El dron permitió ver lo que el humo ocultaba. Las imágenes servían para coordinar esfuerzos y alertar sobre focos invisibles desde el suelo.
Mariano compartió sus registros en redes sociales. La difusión ayudó a recibir donaciones y a visibilizar la gravedad de la situación.
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También organizó una colecta. Recauda fondos para reconstruir dos casas destruidas por el fuego. Alojó a influencers que mostraron la emergencia. Buscó aprovechar su alcance para que la ayuda llegue más rápido.
Su dron se perdió en plena misión. Una maniobra fallida lo hizo chocar contra un álamo en una noche de fuerte viento. Ese mismo día, sus imágenes evitaron un desastre. Mostraron un foco que amenazaba con alcanzar una vivienda.
Sin el dron, su trabajo se complica. Ahora busca conseguir uno nuevo para seguir colaborando con los brigadistas. No planea detenerse. “Si se necesita, quiero estar listo para ayudar”, afirma.
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El fuego sigue activo y la emergencia continúa. Los voluntarios trabajan día y noche para frenar el avance de las llamas. El uso de drones en incendios es clave. Aporta una perspectiva que mejora la respuesta en situaciones de emergencia.
Mariano encontró una nueva vocación. Lo que empezó como un acto de ayuda espontáneo se convirtió en un compromiso de vida. Las imágenes desde el aire salvan vidas. En un contexto de desastre, cada dato certero puede hacer la diferencia.
La solidaridad sostiene la lucha. El esfuerzo conjunto de vecinos y brigadistas sigue siendo la mejor arma contra el fuego.







