


Argentina avanza en su plan de exportación de GNL con una nueva estrategia que deja atrás la propuesta original de YPF y Petronas. El nuevo esquema incluye tres fases y cambia el lugar de las instalaciones. Río Negro reemplaza a Bahía Blanca y se convierte en el nuevo eje logístico y técnico. La decisión fue tomada tras varios años de reformulaciones. Hoy el proyecto integral se llama Argentina LNG y tiene inversiones confirmadas.


El objetivo final es exportar gas natural licuado por 15.000 millones de dólares por año. La cifra refleja el alcance de una iniciativa que combina empresas privadas, capitales nacionales e internacionales, barcos fábrica y obras clave de infraestructura. El gas saldrá desde Vaca Muerta y se procesará frente a la costa de Río Negro, en tres zonas distintas.
La etapa inicial del plan se denomina Argentina LNG 1. Está liderada por Southern Energy S.A. y ya tiene inversión asegurada. El consorcio reúne a Pan American Energy (30%), YPF (25%), Pampa Energía (20%), Harbour Energy (15%) y Golar LNG (10%). Este grupo comprometió 7.000 millones de dólares para poner en marcha el primer tramo desde 2027.
El proyecto contempla la llegada del primer barco fábrica, llamado Hilli Episeyo. El buque licuará gas frente a la costa rionegrina. A su vez, ya se firmó un contrato por 20 años para operar un segundo barco, el MK II, de mayores dimensiones. Este llegará en 2028. Ambas embarcaciones procesarán gas que será transportado desde Vaca Muerta mediante un gasoducto exclusivo.
Mientras se construye la nueva línea, el primer buque tomará gas desde el Gasoducto San Martín. Este sistema permitirá iniciar las exportaciones en tiempo récord. El nuevo gasoducto será licitado antes de fin de año o construido por una empresa privada. Tendrá capacidad equivalente al gasoducto Perito Moreno.
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La etapa inicial ya obtuvo los beneficios del Régimen de Incentivo a las Grandes Inversiones (RIGI). Esto implica exenciones fiscales, estabilidad normativa y la obligación de cumplir con los montos de inversión y los plazos de obra. La decisión final fue anunciada por el CEO de YPF, Horacio Marín, quien también adelantó que “antes del 31 de julio se definirá la segunda inversión”.
El primer polo de procesamiento estará ubicado en Fuerte Argentino, al sur de Las Grutas. Desde ese punto, los buques operarán de forma continua. El gas será extraído en Vaca Muerta, transportado por el nuevo ducto y licuado en alta mar. Este sistema permite que la Argentina venda gas por barco a diferentes mercados internacionales.
La segunda etapa del plan se llama Argentina LNG 2 y tiene a Shell como socio estratégico. La empresa firmó un memorándum de entendimiento con YPF. La idea es replicar el modelo integral: desde los pozos hasta la venta final del GNL. Se construirán nuevas plantas flotantes de licuefacción y otro gasoducto dedicado.
La ubicación elegida para esta fase es Punta Colorada, también en la costa rionegrina. Las obras aún no comenzaron. Esta parte del proyecto avanza más lento. El primer buque de Shell podría llegar entre 2029 y 2030. El acuerdo contempla que Shell tenga un rol central en cada etapa del proceso, incluyendo la comercialización global del gas.
Aunque más retrasada, esta etapa es clave para diversificar la presencia argentina en el mercado mundial. Shell tiene experiencia, logística y acceso a clientes. Su participación podría asegurar contratos a largo plazo, que garanticen precios estables y divisas para el país. “La Argentina tiene con qué competir en GNL”, dijo una fuente del sector.
La tercera etapa, llamada Argentina LNG 3, está más cerca de ejecutarse que la segunda. Aunque su nombre sugiere lo contrario, podría comenzar antes. Este proyecto surge de un acuerdo entre YPF y la italiana Eni. Al igual que con Shell, se firmó un memorando de entendimiento y se espera la decisión final de inversión antes de fin de año.
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La ubicación para esta tercera fase aún no fue confirmada. Pero los plazos de ejecución serían más ágiles. Si se toman las decisiones en 2025, las exportaciones comenzarían en 2028. Esto ubicaría a LNG 3 como la segunda planta en funcionamiento dentro del plan nacional.
El acuerdo con Eni incluye toda la cadena productiva. Desde los pozos en Vaca Muerta hasta el gas licuado listo para vender. Eni ya participa en otros proyectos de petróleo y gas en el país. Su experiencia técnica complementa la capacidad operativa de YPF.
El nuevo esquema nacional marca un cambio profundo en la matriz energética argentina. Por primera vez, el país venderá gas natural licuado directamente por barco. Ya no dependerá de gasoductos hacia países vecinos o de consumos internos estacionales.
Las empresas privadas asumen el riesgo y aportan los fondos. El Estado facilita condiciones a través de regímenes fiscales y autorizaciones. El plan también promueve empleo, obras y divisas. Cada etapa activa inversiones de miles de millones de dólares.
La elección de Río Negro fue clave para reactivar el plan. Su geografía permite operar barcos de gran porte. La distancia a Vaca Muerta es menor que desde Bahía Blanca. También se evita la congestión portuaria y se reduce el impacto ambiental.
Los barcos fábrica operarán en mar abierto. No se necesitarán terminales fijas ni estructuras costeras extensas. Esta modalidad reduce costos, plazos de construcción y barreras legales. Las unidades flotantes ya están alquiladas y en construcción.
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El Hilli Episeyo ya tiene fecha de llegada. Estará operativo en 2027. El MK II lo hará en 2028. Ambos tienen capacidad para procesar volúmenes grandes. Servirán para mostrar al mundo la capacidad argentina para licuar y vender gas.
Los nuevos pozos en Vaca Muerta se ubicarán cerca de las áreas más productivas. La inversión en perforación será millonaria. Se estima que cada barco requerirá un flujo constante durante todo el año para mantener su nivel de operación.
El modelo de exportación por barco se utiliza en países como Qatar, Australia y Estados Unidos. Argentina se suma con condiciones competitivas. El costo del gas en boca de pozo es bajo. La infraestructura inicial ya existe. Solo falta ampliar capacidades.
Las obras complementarias incluyen plantas de medición, estaciones de compresión y ramales. Cada etapa activa contrataciones locales y genera empleo directo e indirecto. El impacto económico llegará a varias provincias.
Los contratos de venta ya se negocian con clientes asiáticos y europeos. Los acuerdos a futuro asegurarán ingreso de divisas. Argentina podrá vender gas en verano, cuando la demanda interna baja, y aprovechar precios internacionales.
Los próximos meses serán decisivos para el plan. En julio se definirá si Shell sigue adelante. Antes de diciembre se espera la firma con Eni. Si ambas se concretan, el país tendrá tres plantas exportadoras en ejecución para 2028.
El sector energético considera este proyecto como el más ambicioso de los últimos 30 años. Cambia el perfil exportador argentino. Agrega valor al gas. Aumenta las reservas del Banco Central. Y genera previsibilidad macroeconómica.
El país pasará de importar GNL a exportarlo. En 2021, la Argentina trajo gas licuado para abastecer su invierno. Ahora podrá venderlo con barcos propios, desde sus costas, con gas de producción nacional y logística autónoma.
El impacto sobre la balanza comercial será positivo. Se reemplazará la importación de energía por exportaciones. También se diversificará el mapa industrial y se crearán clústeres energéticos en la Patagonia.
El plan Argentina LNG combina pragmatismo y ambición. No espera inversiones públicas ni milagros financieros. Se basa en decisiones concretas, contratos firmados y tecnología comprobada. El objetivo final es claro: exportar energía de forma continua y rentable.
La Argentina ya tiene los recursos. Ahora suma estrategia, infraestructura y socios. Con eso, el gas de Vaca Muerta podrá llegar por barco a cualquier puerto del mundo. “Vamos a exportar gas con barcos desde Río Negro”, resume el nuevo paradigma.






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