
Drones, radares y cazas: la guerra moderna se libra en el cielo y no tiene vuelta atrás
PODCASTS Radio Francia Internacional25/06/2025


La supremacía aérea se volvió prioridad en los nuevos conflictos armados y el avance tecnológico aceleró el cambio. Así lo confirmaron los protagonistas de la edición 55 del Salón Internacional de la Aeronáutica y el Espacio en París, donde se exhibieron drones, cazas, misiles y radares como piezas centrales de las estrategias de defensa actuales. La información fue difundida por el podcast Francia Hoy de Radio Francia Internacional.

"Si controlamos el cielo, controlamos lo que pasa abajo", advirtió Jean Noel Stock, vicepresidente del sector aéreo del grupo francés Thales. La cita sintetiza la lógica de los conflictos modernos, donde obtener superioridad aérea es el primer objetivo de cualquier fuerza. El caso de Ucrania sirve como ejemplo: Rusia no logró ese dominio, y eso limitó sus avances terrestres.
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Los drones ganaron protagonismo por su bajo costo y capacidad de acción múltiple. Según Bertrand Lucereau, presidente de la firma Secamic, estas aeronaves sin tripulante ya no son un complemento, sino parte del núcleo táctico. "Cuestan entre 2.000 y 3.000 euros y pueden vigilar, lanzar municiones o explotar. Son eficaces y accesibles", remarcó.
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Esta transformación impacta en los presupuestos militares, la industria y la diplomacia global. Lucereau relató que América Latina comenzó a recuperar capacidad aérea tras décadas de estancamiento. “Argentina no hizo nada durante 30 años con sus fuerzas, pero está volviendo a la vanguardia”, indicó. También mencionó a Colombia, Perú, Ecuador y Brasil como países que duplican sus inversiones.
El fenómeno es mundial. En Europa, las naciones de la OTAN ya aumentaron sus presupuestos. Alemania y Polonia encabezan la tendencia. Estados Unidos impulsa que cada miembro destine el 5% del PBI a defensa, aunque la mayoría todavía no supera el 2%. “El dividendo de la paz se terminó”, señaló Stock, en referencia a la baja inversión tras la Guerra Fría.
Pero los fabricantes no logran acompañar el ritmo de la demanda. Lucereau explicó que la cadena de proveedores está desfasada: “Dassault puede hacer cuatro aviones por mes, pero muchos pequeños fabricantes no acceden a créditos y los bancos son reticentes a financiar armas”.
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El Rafale fue la estrella del salón, con pedidos para los próximos 10 años. Se trata de un avión caza de origen francés con múltiples funciones y actualizaciones constantes. “Es la punta de lanza de la superioridad aérea”, aseguró Lietman Geoffrey, piloto de sistemas de armas. Destacó su capacidad biplaza y de misión nuclear, además de su vigencia táctica.
La industria crece también en bolsa. Empresas como Rheinmetall (armas y municiones) y Leonardo (helicópteros y tecnología militar) duplicaron o triplicaron su cotización en pocos meses. La guerra en Ucrania, los conflictos en Medio Oriente y la tensión global empujaron el negocio a niveles inéditos.
Amnistía Internacional alerta sobre el riesgo de estas tecnologías. Denunció que los drones permiten ataques sin rendir cuentas, en operaciones secretas y sin riesgo humano para los atacantes. Los calificó como “símbolo de la guerra del futuro”, casi invisible e implacable.
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En esta edición del Salón de Bourget, más de 160 expositores presentaron innovaciones en drones. También participaron gigantes como Airbus, Boeing y Thales, que trabajan tanto en el ámbito civil como militar. La frontera entre ambos se vuelve cada vez más delgada.
Material publicado por gentileza Radio Francia Internacional









