
Emotiva despedida a Héctor Ricciardolo tras 47 años en el puerto de Madryn
Actualidad08/08/2025
Sergio Bustos
El pasado jueves 31 de julio, Héctor Ricciardolo puso fin a su etapa laboral en la Administración Portuaria de Puerto Madryn, dando paso a su merecida jubilación. Fue un cierre que no solo marcó el final de una etapa profesional, sino también el reconocimiento a una vida dedicada al puerto.


Con más de 47 años de servicio, Héctor estuvo presente en distintos momentos históricos de la APPM. Desde los primeros movimientos de carga y descarga hasta la expansión de infraestructura, acompañó cada paso con compromiso y profesionalismo.
Quienes trabajaron a su lado lo recuerdan como un hombre dispuesto a colaborar, escuchar y resolver problemas con paciencia y conocimiento. “Su paso dejó una marca y un ejemplo para quienes compartieron trabajo y vivencias con él”, remarcaron sus compañeros.
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El viernes 1° de agosto, la comunidad portuaria se reunió en un almuerzo para despedirlo. Allí se mezclaron anécdotas, bromas internas y recuerdos que recorrieron décadas de trabajo en común. “Más allá de lo profesional, siempre estuvo dispuesto a dar una mano”, destacó uno de los presentes.
En las mesas se recordaron jornadas largas, turnos nocturnos y momentos difíciles en los que el trabajo en equipo fue clave. Héctor, dicen, siempre estuvo en primera fila cuando había que poner el hombro.
El encuentro también fue una oportunidad para que las nuevas generaciones conocieran parte de la historia viva del puerto. Muchos jóvenes que hoy ocupan roles técnicos o administrativos escucharon relatos de tiempos en los que la APPM apenas comenzaba a consolidarse.
Desde la Administración Portuaria subrayaron que la dedicación de Héctor fue un ejemplo de constancia. “No solo cumplió con su trabajo, sino que lo hizo dejando un legado”, expresaron en un mensaje oficial.
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En un contexto de cambios constantes en la actividad portuaria, su figura se convirtió en un punto de referencia. La experiencia acumulada durante casi medio siglo le permitió aportar una mirada amplia y una comprensión profunda de las necesidades del puerto.
La despedida, más allá de lo formal, tuvo un tinte familiar. Muchos de los presentes lo conocen desde hace décadas y compartieron no solo trabajo, sino también momentos personales, celebraciones y pérdidas.
Al final del almuerzo, entre abrazos y fotografías, Héctor agradeció el gesto. “Me voy con el corazón lleno y la satisfacción de haber dado lo mejor”, dijo emocionado.
El acto cerró con un aplauso prolongado que resumió el cariño de sus colegas y amigos. La APPM, señalaron, no será la misma sin su presencia diaria, pero su historia seguirá viva en cada rincón del puerto.
Desde la institución le desearon “una jubilación plena, con nuevos proyectos y el merecido descanso”, seguros de que esta nueva etapa estará llena de momentos para disfrutar.
















