
El crimen de Vanesa Retamar: impunidad en un marco de drogas y prostitución
Mi Archivo31/08/2025
Sergio Bustos
El asesinato de Vanesa Retamar ocurrió en diciembre de 1998 en Cerro Avanzado, Puerto Madryn. La menor apareció muerta, con sus extremidades atadas y su cuerpo quemado. Desde entonces, el caso ha atravesado numerosas complicaciones.


El cuerpo de Vanesa fue encontrado en un estado que dificultó su identificación inicial. Las circunstancias del hallazgo impactaron profundamente a la comunidad local. El caso comenzó con dificultades desde el inicio. Las pruebas recolectadas en el lugar fueron limitadas, y las primeras hipótesis no lograron consolidar avances.
En los primeros años, dos jóvenes mayores de edad fueron imputados. Sin embargo, en su momento, fueron excarcelados tras la intervención de la Defensoría Oficial. Por varios años, la causa quedó estancada debido al retiro del juez Jorge Luque y la asunción de otros compromisos judiciales.
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En una etapa posterior, el juez de refuerzo Alejandro Joaquín asumió la causa. Dictó sobreseimientos y dejó el expediente sin detenidos. En octubre de 2004, el juez Néstor Lorenzetti asumió la subrogancia del expediente, en un intento por reactivar la investigación. "Estamos haciendo lugar a todas las medidas dispuestas por el Ministerio Público Fiscal", afirmó Lorenzetti al asumir el caso.
El fiscal Rafael Luchelli declaró que uno de los presuntos instigadores del crimen podría estar muerto, complicando aún más el caso. El caso se mantiene en la memoria colectiva de Puerto Madryn. Familiares de la víctima y la comunidad demandan justicia por Vanesa.
El caso Vanesa Retamar se convirtió en un emblema de los desafíos que enfrenta la justicia en casos de homicidios sin resolver. El 8 de octubre de 2004, la jueza Patricia Asaro comenzó a investigar posibles irregularidades administrativas vinculadas al caso. Rodrigo González Piquero, secretario del Juzgado Nº 4, radicó una denuncia que involucraba la investigación del caso Retamar.
Por sorteo, la jueza Asaro asumió como sumariante en la investigación de las denuncias administrativas. El 1º de octubre de 2004, el Superior Tribunal remitió una resolución determinando la competencia de la Cámara del Crimen. "Es importante que se maneje información oficial y no trascendidos", afirmó la jueza Asaro en relación a las irregularidades denunciadas.
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En 2004, el juez Lorenzetti confirmó que, a pesar de los años transcurridos, no había detenidos por el homicidio. Se realizaron nuevos peritajes y medidas procesales para intentar avanzar en la resolución del caso.
Las situaciones procesales de las dos mujeres inicialmente detenidas permanecían sin resolución definitiva. El paso del tiempo complicó aún más la investigación, generando frustración entre los familiares y la comunidad.
El caso Vanesa Retamar puso en evidencia las dificultades para resolver crímenes complejos en contextos judiciales desafiantes. "Vamos a llegar al fondo de la cuestión", aseguró Lorenzetti en octubre de 2004.
La muerte de Vanesa Retamar se convirtió en un recordatorio de la importancia de la justicia y la verdad. La comunidad de Puerto Madryn sigue recordando el caso como un ejemplo de la necesidad de mejorar los procesos judiciales. La falta de pruebas contundentes y los problemas administrativos dificultaron el avance de la investigación.
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Los jueces y fiscales que intervinieron en el caso destacaron su compromiso por resolverlo, a pesar de las dificultades. La memoria de Vanesa sigue presente, con actos y homenajes por parte de la comunidad local. El caso generó un llamado a mejorar los procedimientos judiciales en casos de homicidios.
A casi seis años del asesinato, el caso seguía sin culpables identificados ni detenidos. La reasignación de la causa a Lorenzetti en 2004 dio una renovada esperanza a la familia de la víctima. El caso fue cubierto ampliamente por medios locales, reflejando el interés de la comunidad por su resolución. El caso planteó desafíos únicos, desde la recolección de pruebas hasta la gestión administrativa.
El asesinato de Vanesa Retamar marcó un antes y un después en la percepción de la seguridad en Puerto Madryn. A pesar de los años, la comunidad sigue esperando respuestas y justicia para Vanesa. El expediente judicial sigue abierto, con esperanzas de que nuevas evidencias puedan surgir.
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El tratamiento del expediente motivó reflexiones sobre la necesidad de fortalecer las instituciones judiciales y garantizar la resolución de crímenes complejos. Vanesa Retamar, una niña cuyo asesinato sacudió a toda una comunidad, sigue siendo recordada en cada pedido de justicia.
El compromiso de los actores judiciales que retomaron la causa en 2004 refleja el interés por resolver un crimen que marcó a Puerto Madryn. Cada avance en el caso genera expectativas en los familiares de la víctima y en la sociedad local. El caso representó un desafío para el sistema judicial y la necesidad de priorizar el esclarecimiento de crímenes sin resolver y se suma a una larga lista de crímenes impunes, como los de Raúl “Cacho” Espinosa, Ricardo Gangeme, los crímenes de Epuyén y otros.
El recuerdo de Vanesa Retamar sigue siendo un símbolo de lucha por la justicia y la verdad en Puerto Madryn.







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