

En Chubut el Día del Inmigrante se vivió con un aire especial que combinó emoción, memoria y expectativa por lo que vendrá. Desde Puerto Madryn, en el programa radial #MODO17, integrantes de las colectividades italiana, galesa y árabe ofrecieron un repaso de las huellas familiares que los trajeron hasta aquí y coincidieron en la importancia de preservar las tradiciones. “Somos todos una mezcla un poquito de inmigrantes de acá y de allá”, resumió María Eugenia Fernández al evocar la historia de su familia.


Durante la charla, Fernández explicó que muchos registros de los primeros inmigrantes no quedaron asentados en oficinas públicas, sino en objetos cotidianos que hoy adquieren un enorme valor histórico. “En mi familia tengo la Biblia donde se anotaban los nacimientos y casamientos”, contó, recordando cómo esas prácticas se transformaron en la única forma de conservar la memoria antes de la existencia del Registro Civil.
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Silvina Garzonio, representante de la colectividad galesa, añadió otra mirada sobre la experiencia de los recién llegados. Describió que las primeras generaciones intentaban integrarse lo más rápido posible al nuevo país, incluso dejando de hablar su idioma natal en público. “No querían sonar distinto ni comer distinto, porque un nene nunca quiere ser distinto”, explicó. Con el paso del tiempo, sin embargo, los nietos y bisnietos comenzaron a rescatar las comidas, el idioma y las costumbres de sus abuelos.
Adriana Abrany, referente de la colectividad árabe, sumó un relato personal que refleja las dificultades de quienes arribaban sin hablar castellano. “El apellido que llevamos surgió de una confusión en el puerto de Buenos Aires, porque nadie entendía lo que decían mis abuelos”, relató. En su familia aún investigan la verdadera procedencia del nombre que hoy los identifica y que, según creen, corresponde a una localidad de origen.
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Las tres entrevistadas coincidieron en que mantener vivas esas tradiciones requiere un trabajo constante de instituciones y asociaciones. Garzonio destacó que en la colectividad italiana se está por inaugurar una escuela destinada a enseñar idioma y cultura desde la infancia. “Lo más valioso es que los chicos tengan un espacio para aprender y sentirse parte de la herencia de sus abuelos”, señaló.
Abrany, en tanto, comentó que la Asociación Civil Árabes Puerto Madryn atraviesa un momento de consolidación, sin contar aún con una sede propia, pero con voluntad de crecer. Explicó que ya organizaron cenas y clases de baile, y que durante la feria ofrecerán fichas de inscripción para sumar nuevos socios. “Queremos que todos los descendientes de árabes se acerquen, porque nuestra comunidad es amplia y merece estar organizada”, expresó.
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El recuerdo de Otto Toschke también formó parte de la conversación, ya que fue considerado el primer educador de la ciudad y figura central en la historia local. Fernández adelantó que el 11 de septiembre, en el Día del Maestro, se realizará un acto para poner en valor su tumba y su legado pedagógico. “Queremos contar quién fue y qué hizo, porque su aporte excedió las aulas y alcanzó a toda la comunidad”, destacó.
En el aire se remarcó que la transmisión cultural no se limita a la enseñanza formal, sino que atraviesa la vida cotidiana de las familias. La gastronomía, las danzas, las canciones y hasta los relatos orales constituyen una forma de herencia. “Cada plato típico o cada palabra en otro idioma nos conecta con quienes llegaron en barcos hace más de un siglo”, resumieron las referentes.
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En Esquel, la conmemoración del Día del Inmigrante también tuvo un espacio central con una ceremonia organizada por la Municipalidad en la Plazoleta de los Inmigrantes. Allí se reunieron autoridades locales, instituciones y miembros de distintas colectividades en un acto que incluyó banderas de ceremonia, homenajes a pioneros y la entrega de reconocimientos a vecinos que forjaron parte de la identidad de la ciudad. “Hoy 4 de septiembre venimos a celebrar el Día del Inmigrante, tal lo venimos haciendo desde hace muchos años”, expresó Nathalie Pellerin, representante de la Alianza Francesa, quien recordó el aporte de quienes llegaron con sus oficios, sus sueños y el coraje de empezar de nuevo en la Patagonia. Tambien, el intendente Matias Taccetta y Leila Assef en representación de la Asociación Sirio Libanesa, que este año cumplió 100 años, expresaron sus palabras.
El subsecretario de Cultura, Mauro Mateos, fue el encargado de las palabras oficiales y destacó el legado de quienes dejaron su tierra natal para construir un futuro en la región. “Hoy es el día en que podemos celebrar las diferencias, las distintas culturas, ideas y creencias”, afirmó, para luego subrayar que las migraciones son parte de la historia de la humanidad y que la diversidad cultural constituye la esencia de cada comunidad. El acto incluyó un minuto de silencio por los pioneros fallecidos y el recuerdo de figuras emblemáticas que marcaron la vida social y cultural de la ciudad, en una jornada cargada de emoción y memoria compartida.



















