El espejo roto de la clase media argentina

Política06/11/2025REDACCIÓNREDACCIÓN
Espejo roto
Espejo roto

Un nuevo informe del laboratorio Pensar Lab reveló una brecha entre lo que los argentinos creen ser y lo que efectivamente son. Según el estudio, 29 millones de personas se sienten parte de la clase media, aunque solo 20 millones cumplen con los ingresos necesarios para integrar ese segmento. La diferencia marca una percepción social que trasciende lo económico y refleja una identidad cultural arraigada.

El trabajo, dependiente de la Fundación Pensar, denomina al fenómeno “síndrome de la clase media”, un concepto que muestra cómo más gente se identifica con esa franja de lo que indican los datos reales. El informe divide la estructura social del país en cinco grupos según ingresos mensuales: clase alta (más de $6,5 millones), media alta ($3,5 a $6,5 millones), media baja ($2 a $3,5 millones), baja superior ($1,1 a $2 millones) y baja inferior ($750.000 a $1,1 millones).

De acuerdo con el análisis, para ser considerado de clase media en Argentina se necesitan ingresos equivalentes a entre dos y cinco canastas básicas totales, que en septiembre alcanzó los $1.176.852, según el INDEC. A partir de esa medición, 7 millones de hogares integran la clase media, 8 millones pertenecen a la clase baja y menos de 1 millón a la alta.


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El estudio destaca una fuerte diferencia entre percepción y realidad. El 35% de quienes pertenecen a la clase baja se consideran de clase media, y el 80% de los sectores altos también se identifican dentro de ese rango. Esa autoimagen, según los investigadores, responde a patrones culturales más que a la economía doméstica.

“Una de las razones por las que existe este sesgo es porque encontramos hábitos y consumos que la sociedad asocia con la clase media, aunque no estén vinculados estrictamente a los ingresos del hogar”, detalla el documento. Entre esas conductas figuran el acceso a la educación privada, la cobertura médica y la posibilidad de ahorrar.

Pensar Lab, junto a la consultora Casa Tres, elaboró una “canasta de clase media” que busca una alternativa a la canasta básica total del INDEC. Para eso, consultaron a cientos de argentinos sobre qué consideran fundamental para pertenecer a ese grupo social. Las respuestas más repetidas fueron “tener casa propia”, “poder ahorrar” y “tener trabajo estable”.

El informe advierte una curiosidad: cuando las personas responden de forma espontánea, no mencionan el ahorro o la vivienda como definiciones de clase media, pero cuando esas opciones se incluyen en una lista, se transforman en las más elegidas. Así, la “canasta” simbólica del sector queda compuesta por hogares con cobertura médica, vivienda propia y educación privada para los hijos.


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Con esa medición, el 40% de los hogares argentinos pertenece a la clase media en el primer trimestre de 2025, un valor que coincide con el 43% que surge del análisis puramente económico. El punto más bajo de la última década se registró durante la pandemia, con un 38%, y el más alto en 2018, con un 44%.

“La diferencia de seis puntos entre el piso y el techo no parece significativa, considerando la inflación y el estancamiento del empleo”, sostiene el informe, que concluye con una frase esperanzadora: “Esto muestra una gran capacidad de resiliencia por parte de la clase media argentina para mantenerse a flote”.

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